La deuda actual que tiene la provincia de Buenos Aires con centros de día y hogares convivenciales ya se trata de un incumplimiento crónico. En octubre del año pasado hubo una masiva movilización a la Casa de la Provincia en Capital Federal. Las doscientas organizaciones convocantes, que contaron con el apoyo del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, el escritor Osvaldo Bayer e integrantes de Plaza de Mayo Línea Fundadora, denunciaron que los ajustes aplicados en la cartera de Desarrollo Social bonaerense y el retraso en las asignaciones destinadas a la infancia ponían “en peligro de desaparición” a sus entidades y exponían a los niños a un estado de “pauperización, precarización y degradación aún más terribles que sus ya inhumanas condiciones y expectativas de vida”.

El comunicado distribuido durante la marcha sostenía: “Desde hace tiempo advertimos que el atraso en el pago de los convenios por parte del Ministerio de Desarrollo Social y la Secretaría de Niñez bonaerenses, la precarización de los trabajadores de infancia y la falta de recursos para dar respuesta a situaciones críticas de nuestras comunidades son síntomas del gobierno de Daniel Scioli de abandono y desinterés y demuestran una línea política represiva hacia nuestros pibes y no propiciadora de espacios de inclusión ni efectivización de derechos, porque los pibes pobres no interesan”.