En el terreno de las pruebas, la línea de investigación que se cierra sobre Patricio Llugdar tiene flancos débiles. Los primeros son políticos: el ex comisario Musa Azar renunció cuando saltaron las sospechas de encubrimiento. ¿Por qué lo hizo justo cuando se mencionaba el nombre de su hijo? Además de este punto existen algunos elementos que ponen en duda su lugar como único autor de los crímenes:
1. Las manchas de sangre que aparecieron ayer en su auto. No están en el asiento del acompañante sino en el asiento trasero. Si las manchas que ahora se mandaron analizar a Buenos Aires fuesen de Patricia Villalba, podría plantearse la hipótesis de que en ese auto existió un acompañante.
2. Otro dato es que el primer juez de la causa lo procesó por doble homicidio. Entre otros elementos se fundó en las características de su estructura psíquica: Llugdar, según el dictamen pericial psicológico, tiene “marcados rasgos perversos” y “una estructura psíquica de base neurótica con componentes obsesivos”. Esos datos lo ubican como posible autor del homicidio pero no excluye la hipótesis de la fiesta de Leyla.
3. La pericia, en cambio, ubica a Llugdar con la capacidad de haber formado parte como autor o como partícipe del segundo crimen, un crimen donde no hubo fiesta. A Patricia la levantaron sólo para matarla. El hisopado vaginal dio negativo y sobre su cuerpo existen señales de torturas.