Cuando caen los créditos de la película, una mujer corre por el pasillo y busca una butaca libre entre las primeras filas. “Me hice una escapadita porque quería ver el debate con los chicos”, reconoce después la gobernadora Fabiana Ríos, quien cerró esa charla posterior a la proyección agradeciendo al director Benjamín Avila y afirmando: “Esta película cura heridas propias y de otros. Cada uno es responsable de lo que hace y lo que construye. Muchas gracias por hacernos pensar”. Luego, en diálogo con Página/12, ofrece su visión personal de film. “Hasta el año pasado, este cine era el único de Ushuaia. Es muy simbólico dar esta película acá porque la sala era de la Armada, hay que decirlo: esta provincia antes era un portaaviones de los militares, era nada más que una base austral”, cuenta Ríos.