Contrariamente a lo que se dice, el dueño del taxi no declaró en contra de su empleado, Leonardo, el hombre que aseguró haber llevado a Jorge Mangeri hasta la Ceamse para tirar el cuerpo de Angeles. “Es mi mejor chofer”, dijo el patrón del vehículo. La versión de Leonardo, de todas maneras, parece poco razonable: no tiene lógica que un homicida, que es propietario de un auto, decida llevar el cuerpo de la víctima en un taxi. La División Homicidios entregó una larga investigación el lunes en que concluye que los dichos de Leonardo son falsos, pero que hay que esperar las últimas pericias. Por ejemplo, se chequearon las cámaras de la zona y en ninguna aparece el momento en que Mangeri se sube al taxi con las dos bolsas.

En concreto, para el juez Javier Ríos estos estudios científicos serán definitivos. En el taxi que manejaba Leonardo se encontraron pelos y una botella de gaseosa y ésa será la base de lo que se viene.

- Si el pelo resulta ser de Angeles o de Mangeri o si en la botella hay huellas de la chica o el encargado, será una tremenda prueba de cargo y el relato del taxista cobrará fuerza.

- Si del pelo y la botella no surge nada, lo más probable es que el magistrado extraiga copia de lo dicho por el taxista y se sortee un juez para que lo investigue por falso testimonio.

Como se sabe, Leonardo dice que Mangeri lo paró desde el edificio de enfrente de la calle Ravignani, donde el encargado también trabajaba. Agregó que cargó dos bolsas, que adujo que en una iba un perro que había sido atropellado y que incluso le pegó con una maza cuando hubo un movimiento dentro de la bolsa. Al llegar la Ceamse le habrían dado unos pesos a alguien de seguridad para arrojar las dos bolsas, aunque –siempre según el taxista– le tomaron el número de chapa al entrar. Nada de esto se verificó.

Para el juez, la cuestión no es menor: por ahora no tiene evidencias de cómo el cuerpo de Angeles llegó a la planta de transferencia de basura de Ceamse.