Dom 23.02.2014

SOCIEDAD • SUBNOTA  › QUE DEBE SABER EL PACIENTE

Factores de riesgo

› Por Pedro Lipcovich

El titular de una entidad internacional de control de infecciones hospitalarias ofreció a este diario una serie de indicadores que pueden ayudar al paciente o a sus familiares a monitorear el tratamiento y tomar decisiones. Así, por ejemplo, “para prevenir la infección de herida quirúrgica, no hay que rasurar antes de operar a menos que sea imprescindible, y en tal caso hacerlo inmediatamente antes de la operación”. Además, “30 a 60 minutos antes de comenzar cirugías, desde la de una hernia hasta las del corazón, se aplica antibiótico profiláctico, por inyección intravenosa. Sólo en caso de cirugía de colon el antibiótico se da por boca”, explicó Víctor Rosenthal, titular de la Comunidad Científica Internacional de Control de Infecciones Nosocomiales (Inicc).

“En caso de respiración asistida, un factor de riesgo es que el tubo corrugado del respirador tenga líquido condensado en su interior: eso genera infección. Además, la inclinación de la cabecera de la cama debe ser superior a 30 grados. Y el tubo endotraqueal, si entra por la boca, implica menos riesgo que si entra por la nariz. Un factor que reduce el riesgo es que al paciente le limpien la boca con clorhexidina tres o cuatro veces por día”, precisó Rosenthal.

“En la sonda urinaria, un factor de riesgo se presenta cuando el tubo, en vez de pasar por arriba del muslo, pasa por abajo y queda apretado. Otro factor de riesgo es que la bolsa de orina esté apoyada en la cama: debe estar colgando abajo y no debe llenarse por encima del 75 por ciento de su capacidad”, agregó.

“El catéter aplicado en venas centrales, como la yugular o la subclavia, puede generar infección en el torrente sanguíneo si la antisepsia de la piel se hizo con un producto que no sea clorhexidina, el cual según las últimas directivas es el más efectivo; otro factor de riesgo es que quien inserta el catéter no utilice la vestimenta ‘de máxima barrera’: barbijo gorra, bata estéril”, continuó Rosenthal.

Claro que “hay factores comunes a todas las infecciones, como la higiene de las manos o la técnica aséptica en las intervenciones”.

Rosenthal comentó que “en terapia intensiva médico-quirúrgica, la estadía dura en promedio cinco días cuando no hay infección; cuando el paciente se infecta, se eleva a un promedio de 15 días. Entonces, si el paciente permanece en terapia intensiva más de seis días, es posible que algo esté pasando. La internación prolongada a su vez eleva los riesgos de infección. En terapia intensiva, la mortalidad, cuando no hay infección, está cercana al diez por ciento; con infección, va del 30 al 70 por ciento”.

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