Dom 23.02.2014

SOCIEDAD • SUBNOTA  › EN HOSPITALES ARGENTINOS

Sin ley de control

› Por Pedro Lipcovich

En la Argentina, los centros de salud pueden legalmente ocultar los casos de infecciones intrahospitalarias que se les presenten, ya que (salvo en la provincia de San Juan) la notificación no es obligatoria. El Ministerio de Salud de la Nación cuenta con un programa específico para prevenirlas, pero sólo 139 instituciones se han adherido. Hasta ahora, los intentos para sancionar una ley sobre el tema fracasaron: una razón sería la presión de las instituciones –públicas y privadas– por temor a que la salida a luz del tema les cause inconvenientes como los juicios por mala praxis.

“Las infecciones hospitalarias son un tema absolutamente preocupante en la Argentina”, destacó Jaime Lazovsky, viceministro de Salud de la Nación, y observó que “no sólo implican riesgos para los pacientes, sino un incremento de costos para el sistema de salud, ya que requieren antibióticos nuevos y más caros; además, cada vez se desarrollan menos antibióticos nuevos, por lo que el mundo está quedando sin opciones terapéuticas para este problema”.

Norma Peralta, titular del Programa Nacional de Vigilancia de Infecciones Hospitalarias (Vihda), precisó que “en adultos, se destacan las neumonías asociadas a la asistencia respiratoria mecánica; en pediatría, las infecciones asociadas al uso de catéteres venosos. El Programa Vihda abarca 139 instituciones, públicas y privadas. Hasta ahora la participación es por iniciativa voluntaria de cada institución. El programa distribuye un soft gratuito con instrucciones. Para los hospitales de más de 50 camas, es requisito que tengan un comité de profesionales que se ocupe específicamente de la cuestión de las infecciones hospitalarias”.

Según los datos suministrados por las 139 instituciones que adhirieron al programa, “las tasas de infecciones asociadas a catéteres venosos y catéteres urinarios son similares a las de países centrales como Estados Unidos; en las infecciones asociadas a asistencia respiratoria mecánica, las tasas superan en más de un 30 por ciento a las de los países centrales”, contabilizó Lazovsky.

El problema es que “en la Argentina hay miles de instituciones públicas y privadas, además de las 139 que participan en el Programa Nacional –advirtió Víctor Rosenthal, presidente de la Comunidad Científica Internacional de Control de Infecciones Nosocomiales (Inicc)–. Además, el programa se maneja con los datos que suministran las instituciones, sin validación posterior. En la Inicc trabajamos con validación propia de los datos, y nuestras tasas para la Argentina son mucho más altas que las de países centrales”.

En el mundo, y sin duda en la Argentina, “las instituciones tienden a esconder las infecciones hospitalarias, por temor a juicios por mala praxis o a que los seguros de salud se nieguen a abonar esas prácticas”, puntualizó Rosenthal, y señaló que, en contrapartida, “cuando se instauran programas de control, estas infecciones se reducen más del 50 por ciento en seis meses”.

“Los países líderes en control de infecciones hospitalarias son Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Alemania, Suiza y Australia. Estos países actualizan periódicamente sus guías y, gracias a Internet, esas guías llegan rápidamente a todo el mundo. En distintos países como China, Filipinas, Tailandia, Turquía, Sudáfrica, Colombia, México, Brasil, hay una explosiva preocupación por este tema, que venía siendo desestimado”, agregó Rosenthal, y comentó que “la línea divisoria, tanto para países como para instituciones, se traza entre los que tienen programas de control de infecciones hospitalarias, con personal dedicado, y los países o instituciones que no tienen estos programas”.

Así lo ratificó Alcides Troncoso, profesor de microbiología en la UBA: “Es importantísima la existencia del comité de infecciones, que debe incluir por lo menos un médico infectólogo y una enfermera epidemióloga: no deben atender pacientes, sino dedicarse a identificar riesgos y medir la calidad de la atención. En la Argentina, hay comités de infecciones en todos los hospitales universitarios y en grandes hospitales privados, pero muchos hospitales, públicos y privados, todavía no tienen”.

Entonces, por lo menos, convendría que la población, a la hora de tomar decisiones sobre su salud, pudiera saber qué instituciones se preocupan por el tema:

–¿La población puede acceder al listado de las 139 instituciones adheridas al Vihda? –preguntó Página/12.

–No. Ese listado está disponible sólo para los directores de epidemiología de cada jurisdicción –contestó Peralta, y señaló que “una ley de infecciones hospitalarias daría un marco de apoyo a las instituciones que participan en este programa y al ministerio, además de establecer un presupuesto específico para el tema”.

Hubo por lo menos dos intentos de sancionar una ley nacional: el último proyecto se presentó en 2011 y quedó trabado en la Cámara de Diputados de la Nación. Por eso hasta ahora no rige la notificación obligatoria para estas enfermedades, de modo que toda institución puede abstenerse de comunicar los casos que se produzcan. Sólo la provincia de San Juan cuenta, desde 2012, con una ley que, entre otras disposiciones, establece la notificación obligatoria de las infecciones intrahospitalarias.

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