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Los otros apagones
Ningún neoyorquino debe haber pensado en ovnis y extraterrestres cuando ayer todo se apagó de repente en Manhattan así como en 1965 no hubo estadounidense que hablara de atentados o terroristas cuando “el gran apagón del nordeste” dejó a oscuras a más de 30 millones de personas en una franja que alcanzó siete estados y cruzó la frontera de Canadá. Entre los aliens que inundaron las explicaciones del primero y el fantasma de Bin Laden pasaron 38 años y otros tres apagones en Nueva York: uno en 1977 protagonizado por la violencia y los saqueos, y dos rápidamente solucionados, y del mismo modo olvidados, en 1981 y 1983.
El 9 de noviembre de 1965, más de 120 mil kilómetros cuadrados quedaron en tinieblas durante 12 horas. Esa vez, la ola de pánico redundó en miles de testimonios que juraban haber visto objetos luminosos sobrevolando campos y ciudades. El resultado, un aumento de nacimientos inusitado once meses después.
La fiebre extraterrestre duró poco y, doce años más tarde, las luces de Nueva York se apagaron otra vez la calurosa noche del 13 de julio de 1977 y el pánico se transformó en violencia y saqueos.
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