SOCIEDAD
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El antecedente de Federico Strajman
“Dame la mano”. Con los ojos vendados, sin sospechar lo que iba a pasarle, Federico Ariel Strajman hizo lo que le pedían sus captores. Sintió un primer golpe, brutal, sobre su mano derecha. El dolor fue tan grande que Strajman tardó unos minutos en comprender que sus secuestradores le habían amputado el dedo meñique con un alicate de los que se usan para cortar cables eléctricos. El golpe fue dado con un martillo que ayudó a juntar los filos de la otra herramienta.
El caso, ocurrido en octubre de 2002, fue el primero en el cual la “prueba de vida” fue aportada mediante una de las peores amenazas. En el caso Strajman, a la familia le reclamaron la entrega de otros 30 mil dólares, que se sumaron a los 1000 pesos y a los 600 dólares que habían sido pagados antes de la cruel amputación.
El secuestro de Strajman fue cometido por la llamada “banda de los patovicas”, integrada por Alberto Juan “El Chicho” Sommaruga, su esposa María Esther Gotti, un hijo de él, un hijo de ella, y dos amigos patovicas. Los secuestradores vivían en el barrio porteño de Villa Ortúzar, donde tenían fama de violentos.
Ese no fue el único ejemplo de dedo amputado. El otro caso fue el de un empresario secuestrado en un country de Tortuguitas, en el partido de Malvinas Argentinas, que fue liberado luego de pagarse 200 mil pesos. La liberación se produjo en el partido de San Fernando y el empresario, cuyo nombre nunca se supo, salvó la vida, pero perdió una falange.
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