En Retiro, frente a la terminal de ómnibus, un edificio de tres plantas y terraza descubierta se erige entre otras como en un óleo de una ciudad medieval, el desorden edilicio y de calles hacen a su esencia. El edificio, más alto que los linderos, es el estudio de la FM 88.1, a la vez que el hogar del “director propietario”, Juan Romero.
Nació en Córdoba y a los 19 vino a Buenos Aires a buscar trabajo y mejor vida. Tiene cuatro hijos, una nena de 15, y tres varones, de 21, de 17, y el “bebé” de ocho años. No sonríe ni para la foto, tiene una voz ronca, una mirada dura. Sorprende el contraste de esa mirada con la sensibilidad de su trabajo en la Villa 31 Retiro.
Hace diecinueve años que Juan Domingo Apolinario Romero vive y trabaja aquí en la Villa 31 Retiro. Alguna vez tuvo como seudónimo el nombre, “Jala Jala”, que viene de “una historia familiar de gitanos y entreveros. Alguien alguna vez descubrió que me decían así, pero ya no lo uso”. Por eso figura el sobrenombre en algunos diplomas en la pared, junto a una virgen y un retrato tipo Billiken del General San Martín.
Una precaria escalera caracol metálica exterior va desde la casa en planta baja a un segundo piso, en donde está la FM 88.1 “El Milenio Continúa” de la Villa que está por cumplir cuatro años. En la sala de producción tiene recortes de diarios de Estados Unidos, uno en japonés, uno en chino, México, Canadá y otro de Vietnam, pero ninguno argentino.
Por eso era necesario conocer a este personaje dedicado a su labor solidaria, a dirigir una radio que necesita convertirse en asociación civil y que, para ganar plata, con su familia hace comida para vender en la feria de la villa.