La decisión del gobierno nacional sobre la intervención judicial de Santiago parece “inexorable”. El oficialismo sigue buscando acuerdos dentro del Congreso para canalizar un proyecto propio. En ese marco, Gustavo Beliz subió el voltaje político: “Lo que pasa en Santiago –dijo– es una vergüenza nacional”, mientras repetía que no se descartaba incluso la intervención completa a la provincia. Sin embargo, en el seno del Ejecutivo las cosas se analizan con menos entusiasmo. Los movimientos judiciales en la provincia están siendo estudiados de cerca: para algunos funcionarios son giros de autodepuración importantes.
Sobre la alternativa del “remedio federal”, Gustavo Beliz no avanzó un milímetro más, tal como hasta ahora: “Se está evaluando la posibilidad de la intervención del Poder Judicial –dijo–, lo que no se ha tomado todavía es la decisión de enviar al Congreso un proyecto del Poder Ejecutivo”. En ese sentido agregó: “Ese tema está siendo evaluado en el propio Parlamento nacional”.
El kirchnerismo dentro del Congreso no avanzará, en tanto, hasta no tener el proyecto del Ejecutivo. Aseguran que la intervención es “inexorable” y alientan, incluso, una intervención completa en la provincia. Sin embargo, a la hora de pronunciarse lo hacen con cautela: los diputados del PJ no darán un paso, dicen, hasta no tener el aval del Gobierno. “En este momento que la provincia se está moviendo –explicaba ayer a este diario uno de los diputados del oficialismo–, no podemos aparecer como la langosta federal que estropea las cosas”.
Después de pasar buena parte del día con el Presidente en Tucumán, el secretario de Derechos Humanos, Luis Eduardo Duhalde, habló del proceso de “autodepuración” que parecía estar mostrando la provincia. Aunque destacó la necesidad de observar el proceso de detenciones para ver si “no los sueltan en cinco días”. En los pasillos de la Cámara de Diputados, María José Lubertino, una de las diputadas impulsoras de la intervención, aseguraba anoche que el Ejecutivo ya preparaba el borrador del proyecto.