“La situación de esta familia nos lleva a hacer un paralelo con la época más negra y triste de nuestra historia, cuando la apropiación ilegal de niños durante la dictadura se situaba por encima de la Constitución Nacional.” Mary Martín, directora de la Niñez de Avellaneda, y el abogado Fernando Sorrentino, de la Defensoría de Niños de ese municipio, afirmaron que la decisión de la Corte Suprema, al fallar en favor de la intervención en la causa del juzgado de Misiones, “vulnera la competencia del juez natural y lesiona convenios internacionales de los cuales la Argentina es firmante y que establecen el derecho a la verdadera identidad y a las relaciones familiares de los niños”.
En pelea constante contra un presupuesto estrecho a la hora de defender judicialmente a los más pobres, los funcionarios anticiparon que están pidiendo “el apoyo de los organismos de derechos humanos para acceder a la causa que tramita en Posadas y poder ayudar a los padres para que puedan instalarse en la provincia y reclamar sus derechos”. Con ese objetivo abrieron ayer una cuenta a nombre de Arciliare Sarruggi en el Banco Credicoop de Avellaneda que lleva el número 28474/2, Banco 191, sucursal 054, Avellaneda. Los fondos que se reúnan a través de donantes anónimos serán para permitir el viaje de los padres y su estadía en Misiones.
Sorrentino sostuvo que en el caso de M.A. se ha violado la Convención Internacional de los Derechos del Niño, que establece que los menores “no deben ser separados de sus padres sin causa legal que lo justifique”. Además, el Estado “debe asumir la obligación de informar sobre el paradero y ubicación de los niños”. Sarruggi y Concepción Flecha acreditaron la paternidad e incluso presentaron la autorización legal, firmada por el padre, para que la mujer pudiera sacar a la niña del país. El documento, extendido el 13 de noviembre de 2000 por el juzgado de paz de Avellaneda a cargo de Vicente Bagnasco, estaba en uno de los bolsos que llevaba Flecha González el 22 de noviembre de ese año, cuando fue detenida en Posadas por la Gendarmería. Por razones que se ignoran, el bolso desapareció.