El PRIE, comisión que conduce la restauración del Congreso Nacional, preparó con la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos un plan de acción para contener de inmediato la situación del edificio del Molino. La aprobación del plan por la Comisión Nacional fue indispensables porque la confitería es desde 1997 monumento histórico. La primera medida a tomar es por supuesto armar un andamiaje con bandeja de protección peatonal que apuntale la marquesina. Esta estructura de hierros y vitrales está en un punto cercano al colapso por la total falta de mantenimiento. El andamio será de caño y nudo, con soleras de apoyo, y una bandeja de protección en un ángulo de 45 grados, de modo de “cazar” cualquier desprendimiento. La pieza cubrirá 31 metros de vereda sobre Callao, casi diez en la esquina y trece sobre Rivadavia.

El siguiente paso será revisar los techos e instalar una cubierta provisorio para evitar la entrada de agua al edificio. Al mismo tiempo se verá cómo y dónde fueron interrumpidas los servicios de agua, luz y gas, y se va a explorar el subsuelo inundado, para ver cómo y por qué entra el agua y qué hacer al respecto.

Una vez contenido el edificio en sus peores problemas, se hará un “mapa” de los problemas, relevando minuciosamente las fachadas con un equipo de la Universidad Nacional de La Plata. De este estudio surgirá el pliego de licitación técnica para esa restauración. Curiosamente, este mapeo será realizado con un dron equipado con una cámara de alta definición, que facilitará la realización de renders en computadora. A este retrato del edificio como está se le sumará un banco de imágenes, ya en compilación, para detectar todo elemento faltante que deba ser repuesto. Para los interiores se realizará una minuciosa inspección técnica, que incluirá un estudio estructural del estado y solidez del edificio.