–¿Hubo retrocesos durante la gestión de Mariano Rajoy en el gobierno para enfrentar la violencia machista? –le preguntó Página/12 a Yolanda Besteiro, vicepresidenta del Observatorio contra la Violencia de Género de España, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, abogada experta en cuestiones de género, con larga trayectoria en organizaciones de la sociedad civil en su país.

–En los últimos años hemos sufrido un retroceso en general de algunos avances en materia de Igualdad que se habían conseguido, especialmente a nivel legislativo, presupuestario y de recursos asistenciales. Algunas leyes que abogaban por la igualdad y los derechos de las mujeres se han visto mermadas en su contenido o en sus partidas presupuestarias tales como la de Salud sexual y reproductiva y de Interrupción voluntaria del embarazo, la ley de Dependencia, la ley de Igualdad, la ley de Educación, etc. Asimismo los presupuestos destinados a gasto social y de lucha contra la violencia de género se han reducido y eso evidentemente, va en detrimento de su lucha.

–¿Cuáles son los obstáculos que han detectado para prevenir la violencia machista?

–La educación no sexista es el pilar fundamental en la prevención y no se invierten los suficientes medios en ella. Aún no se ha conseguido hacer efectiva realmente la inclusión transversal de la Igualdad en la Escuela y además se ha suprimido la única asignatura que abordaba estos contenidos, Educación para la Ciudadania. También se han subvencionado colegios que ya de base hacen una separación por sexos impidiendo los beneficios de la coeducación. Pero no olvidemos que la educación no pasa sólo por contenidos curriculares sino por los modelos de comportamiento e ideología que supone el profesorado para los/as estudiantes que, como toda la población, han mamado valores machistas. Por tanto, la formación y concienciación del profesorado es algo vital que no se está llevando a cabo. Asimismo, la familia y el entorno cercano de la persona son los principales transmisores de los valores y principio éticos y, por tanto, son los que verdaderamente nos educan. Es fundamental que la propia familia inculque valores no sexistas desde el primer momento y además lo haga a través del ejemplo cotidiano. También es necesario que padres y madres estén informados sobre este grave problema para poder detectarlo cuando lo vean en su entorno cercano y eduquen en la prevención de conductas violentas y machistas a sus hijos e hijas. Eso sin duda es otra asignatura pendiente.

–¿Han logrado bajar los femicidios íntimos?

–El número de asesinatos machistas en nuestro país permanece estable en los últimos años, éstos son la punta del iceberg de este terrible problema social por lo que mientras siga habiendo relaciones desiguales entre hombres y mujeres seguirán existiendo. Sin duda nos queda un largo camino por recorrer.

–¿Se trabaja para prevenir los noviazgos violentos en las escuelas?

–En los últimos años se ha puesto el punto de mira en la juventud realizándose varios estudios que han mostrado la presencia de actitudes sexistas y comportamientos de dominación/sumisión entre los/as más jóvenes. Eso está provocando cierto efecto sensibilizador en la sociedad, las familias y el profesorado, que está teniendo una mayor detección de estas situaciones y derivación a servicios especializados.

–¿Cuál es su mirada sobre el problema? Qué medidas deberían tomarse?

–La aprobación de la ley 1/2004 de Medidas de protección integral contra la violencia de género fue un importante avance pero aún queda mucho por hacer, es imprescindible que se le dote de medios económicos para que pueda ser desarrollada en toda su magnitud, ya que hay artículos de esta ley relacionados con la prevención, detección y formación de profesionales que están aún sin aplicar. Igualmente nos encontramos con un gran reto que es combatir la ideología machista que, lejos de disminuir, parece que repunta con nuevas formas y apariencias de pseudoigualdad. Resulta complicado luchar contra el mayor exponente de desigualdad cuando nos envían constantes mensajes que la niegan o minimizan, mensajes que hacen llegar a la falsa ilusión de que la igualdad es algo que ya casi hemos conseguido y que la violencia es sólo problema de unos pocos. Sin embargo, los datos nos dicen lo contrario. En la última macroencuesta de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género realizada en 2015 revela datos estremecedores: el 25 por ciento de las mujeres de más de 16 años han sufrido violencia psicológica y el 15 por ciento han recibido violencia física o sexual por parte de su pareja o ex pareja. Además el número de denuncias en 2014 fue de 126.742, que son una barbaridad y más, teniendo en cuenta que sólo una mínima parte de las víctimas denuncian esta violencia.