Ayer fue el día de su cumpleaños, pero los abrazos que recibió Alicia Pierini no hacían referencia a esa circunstancia íntima: había superado los cuestionamientos, que apuntaban a su pasado de funcionaria menemista. Página/12 la entrevistó antes de que abandone su banca.
–¿Qué le explica a la gente que ve en esta elección el fruto de un pacto entre fuerzas políticas?
–En una elección en la que se necesitan los dos tercios de los votos, son necesarios la negociación y el acuerdo. Me parece algo rescatable.
–Es que, desde afuera, se ve como un reparto de cargos entre los partidos mayoritarios.
–No es un reparto, son designaciones. En una Legislatura con 23 bloques no hay partidos mayoritarios.
–¿A cambio de qué el oficialismo le cedió este cargo a la oposición?
–(Piensa.) Tal vez yo no sea tan opositora. Aquí, la verdadera oposición es el macrismo.
–Se le cuestiona su oposición a la Ley de Salud Reproductiva por razones religiosas. Se sospecha que si en su momento la cuestionó, tal vez no esté convencida de garantizar su cumplimiento efectivo.
–Yo voté en contra del proyecto en general, pero lo apoyé en particular, cuando se aclaró que no se iban a utilizar métodos abortivos. Respecto de la ley, una vez aprobada, debe cumplirse y eso es lo que voy a hacer desde mi gestión.
–¿Qué proyectos tiene para cuando asuma en la Defensoría?
–Lo primero que voy a hacer es interiorizarme, hacer un diagnóstico y charlar con la gente que está. Va a ser un trabajo de equipo porque ingresamos por un consenso y ese consenso hay que mantenerlo. Desde 1971 trabajo en derechos humanos, defendiendo pesos políticos. Me tengo confianza para este puesto.