Dom 07.12.2003

SOCIEDAD • SUBNOTA  › EXPERTOS ARGENTINOS CONTRA LOS ALIMENTOS-BASURA

La obesidad infantil en el país

› Por Pedro Lipcovich

Si aquello de “a vos no te va tan mal, gordito...” siempre fue una frase desafortunada, hoy es inexcusable: al gordito, cuando es pobre, no sólo le va mal sino que le fue peor en su primera infancia, ya que, según explican los especialistas, la obesidad de los pobres es una sobrecompensación biológica de una desnutrición verificable en las primeras etapas de la vida. Es la obesidad que crece en Latinoamérica en general y en la Argentina en particular. En este marco, la promoción de la comida-basura, cuestionada en el Primer Mundo, también opera en nuestras sociedades, con menos resistencia comunitaria y mayores efectos sobre los sectores vulnerables.
“Yo lo veo en el supermercado –denuncia Daniel De Girolami, a cargo de la Sección Valoración Nutricional de la División Nutrición del Hospital de Clínicas y responsable del programa de vigilancia nutricional de la Sociedad Argentina de Nutrición–: empresas que ofrecen un pack de chizitos y papas fritas para cada día de la semana, éste para el lunes, aquél para el martes, y todo más barato: y los chicos no deben comer esas cosas todos los días; no está mal que lo hagan de vez en cuando, en los cumpleaños, pero la promoción promueve un consumo que perjudica la salud.”
Y el de los snacks para cada día de la semana es un ejemplo entre muchos: “Están las promociones en los cines: ‘Aprovechá, con 50 centavos más tenés una gaseosa mucho más grande’; están esos postres que, si el chico junta varias etiquetas, le agregan porciones. Hay un sofisticado marketing en funcionamiento; alimentos que se publicitan como ‘divertidos’, recursos que, claro, son legales, pero no son del todo legítimos”, agrega el especialista.
Así las cosas, “hay que ver con buenos ojos el movimiento que se está gestando en el Primer Mundo para frenar estas estrategias de mercado que atentan contra la salud”, sostiene De Girolami, si bien, estima, “no es seguro que una regulación estatal dé resultado: en este orden de cosas, son más efectivas las regulaciones que la sociedad misma fija en sus usos y costumbres; en cualquier caso, toda regulación debería basarse en el consenso social, y en esta cuestión sería importante que se expresaran las entidades intermedias, las sociedades médicas, las asociaciones de consumidores”.
Pero, ¿no será ésta una cuestión de ricos o un tema del Primer Mundo? Alejandro O’Donnell, titular del Centro de Nutrición Infantil (Cesni), destaca que “en el último Congreso Latinoamericano de Nutrición, que se efectuó hace pocos días en México, cerca de la mitad de las presentaciones se dedicaron al fenómeno de la obesidad y la pobreza. Los chicos que nacen con bajo peso, como signo de pobreza, tienen tendencia a acumular grasa abdominal; y es común que, cuando empiezan la escuela primaria y tienen acceso al comedor escolar, desarrollen sobrepeso, por una razón biológica: cualquier animal o persona que ha sufrido un período de restricción alimentaria importante, cuando tiene libre acceso a la comida tiende a engordar”.
Entonces, “nuestra epidemia de obesidad es diferente de la de Estados Unidos y Europa: si allí es por exceso de oferta, acá proviene de una mezcla de pobreza y comida de baja calidad. Las clases altas, en cambio, tienen mejor acceso a comidas más caras como la fruta y la verdura, y tienen una valoración estética que a menudo las lleva a cuidarse de engordar”. Y los chicos pobres también reciben el bombardeo de la televisión, y de pronto tomar una gaseosa es el único, débil signo de status que les es accesible... y tiene 400 calorías por litro”, resumió O’Donnell.

Nota madre

Subnotas

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux