El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, insistió ayer en la hipótesis de que detrás de la seguidilla de asaltos hay una mano negra que busca una vendetta. “Es imposible –dijo Fernández– pensar que en el término de veinte días, tres veces, el mismo delincuente asalte el mismo negocio. Eso sólo es posible con la anuencia de alguien.” Según esa hipótesis, los recientes desplazamientos en la Federal (entre ellos, el del ex jefe policial Roberto Giacomino fue el más escandaloso) pueden provocar pases de facturas y vendettas. Los vecinos de Villa Urquiza ya habían denunciado que el anterior jefe de la comisaría 39ª, con jurisdicción en la zona, controlaba una red de cobranzas ilegales en el barrio y creen que los recientes asaltos tienen como trasfondo un pase de facturas.
El viernes pasado, Fernández y el ministro de Justicia, Gustavo Beliz, destacaron su extrañeza por la sucesión de asaltos a restaurantes de Villa Urquiza, confirmando de algún modo las sospechas de que detrás de todo existe un pase de facturas.
Fernández también negó que el problema de la inseguridad se resuelva “aumentando las penas”. Y recordó el período en que Carlos Ruckauf era gobernador provincial. “Algún gobernador hacía gala de haber terminado con el ‘2 por 1’ y mire cómo estamos, para que sirvió todo eso.” “La mayor severidad legal –continuó– no es el camino para resolver estos temas. Lo que tenemos que hacer es hacer cumplir las leyes y hacer respetar el sistema legal, no hace falta más”, aseveró.
El jefe de Gabinete consideró como “central que el Presidente (Néstor Kirchner) lidere el proceso contra la inseguridad, pero también lo es que todos los demás participemos”.