El choque frontal entre los trenes alemanes de cercanías fue uno de los accidentes más graves registrados en Europa en la última década, desde el descarrilamiento de un tren de alta velocidad en España que causó 79 muertos en 2013.

Hasta ayer, el accidente más grave había sido el descarrilamiento de un tren de velocidad alta que cubría la ruta Madrid-Ferrol, en las inmediaciones de Santiago de Compostela. Ese siniestro, que tuvo lugar el 24 de julio de 2013 provocó la muerte a 79 personas y dejó más de 130 heridos.

El último episodio con víctimas mortales ocurrió el pasado 14 de noviembre, cuando diez personas –una de ellas menor de edad– murieron luego de que descarrilara un tren en Alsacia, Francia.

En 2014, doce personas perdieron la vida y cinco resultaron heridas al colisionar un tren y un micro en la región ucraniana de Sumskaya. Ese mismo año, un choque de características similares causó la muerte a nueve personas en el sur de Turquía.

Por otro lado, el 12 de julio de 2013 el descarrilamiento de un tren que había salido de París en dirección a Limoges y que se accidentó en Bretigny sur Orge produjo siete muertos y 30 heridos. Poco después, el 8 de septiembre de ese mismo año, nueve personas murieron y dos resultaron heridas de gravedad cuando un tren chocó a un micro en Rumania.

También en Alemania, pero cerca de la ciudad de Oschersleben, el 30 de enero de 2011 un choque de tren de pasajeros con otro de mercancías produjo la muerte de diez personas y dejó heridas a unas 43.

El 12 octubre 2010 se registró el peor accidente de tráfico de la historia de Ucrania, cuando una locomotora colisionó contra un autobús de viajeros cerca de Márganets, en Dneproprtovsk, en un paso a nivel sin vigilancia. A causa de ese siniestro, al menos 43 personas fallecieron en el instante y otras nueve resultaron gravemente heridas.

El 28 de noviembre de 2009, en Rusia, luego de que descarrilara un tren que cubría el trayecto entre Moscú y San Petersburgo, al menos 30 personas resultaron muertas y otras 96 heridas. Las investigaciones establecieron que el accidente fue causado por un atentado terrorista.

En tanto, el 22 septiembre de 2006, el accidente del tren rápido Transrapid (de levitación magnética) dejó 25 muertos y 10 heridos graves en un tramo de ensayos cuando circulaba a 200 kilómetros en Emsland, Alemania, y chocó contra un vagón que limpiaba la banda magnética.