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El galpón que no pudo ser
Esta es la segunda vez que se pone en marcha la construcción de una planta de clasificación de materiales en Capital Federal. El proyecto estuvo a punto de concretarse en un galpón de Barracas, pero las quejas de los vecinos hicieron que la iniciativa fuera dejada de lado y se comience a buscar un nuevo galpón. La planta estaba a punto de estrenarse, con maquinarias e instalaciones incluidas. Pero el mobiliario del galpón, situado en Iriarte y Zabelta, debió ser mudado al predio ubicado en el Bajo Flores: para el desmontaje, traslado y montaje, el gobierno porteño tuvo que gastar 110.000 pesos.
Es que la planta se había construido en un lugar cercano a las villas 21-24, que los vecinos reclamaban con destino a viviendas. Después de las reiteradas quejas y tras una audiencia pública, se transfirieron los terrenos a la Comisión Municipal de la Vivienda: los vecinos ganaron la pulseada y el plan de viviendas se puso en marcha. En ese momento, el Gobierno de la Ciudad salió a buscar un nuevo predio que no estuviera rodeado de casas, y después de varios meses parece haberlo encontrado.
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El galpón que no pudo ser