La Conferencia Internacional de Energías Renovables, celebrada en la ciudad alemana de Bonn y de la que participaron 154 países, finalizó ayer con un plan de acción destinado a fomentar el uso de energías basadas en el sol, el viento, el agua y otras fuentes regenerativas.
En este plan, cuya aplicación será vigilada por Naciones Unidas, se prevén unos 165 proyectos concretos de países, organizaciones y empresas con el fin de reducir la dependencia mundial de fuentes de energía fósiles, como el petróleo, el carbón y el gas.
Las organizaciones ecologistas valoraron de manera positiva los resultados de la reunión, en la que desde el martes participaron más de 3000 delegados y observadores. “Hay una voluntad clara de un cambio energético”, dijo Regine Guenther, de la organización ecologista WWF. “De Bonn saldrán fuertes impulsos para un abastecimiento energético persistente y con ello para la protección del clima”, añadió.