A diferencia de Estados Unidos, que en los últimos años afrontó una multiplicación de juicios por abuso sexual por parte de religiosos, el cuadro de situación en la Argentina es radicalmente distinto. Pero, según coinciden especialistas en abuso, esto no significa que el número de casos sea menor, sino que son pocos los argentinos que avanzan por el camino de la demanda civil.
“Acá, muchos prefieren sepultar el tema por lo movilizante que es para los familiares y las víctimas o porque no tienen incorporado la figura del reclamo por daños y perjuicios”, explicó el abogado Juan Pablo Viar. “Los pedidos de resarcimientos están muchas veces mal vistos por casos de paidofilia. En Argentina hay una cuestión cultural que limita las denuncias judiciales. Hay más juicios penales que demandas”, amplió el penalista Juan Pablo Gallego.
Entre los casos más resonantes figuran el caso Grassi, quien presidía la Fundación Felices Los Niños y está procesado por los cargos de abuso sexual y corrupción de menores. Este año también se conoció el caso del presunto abuso sexual del sacerdote Rubén Pardo contra un adolescente de 15 años.