Los ataques de los hackers no conocen barreras en lo que hace a su accionar. El Pentágono, los bancos, las páginas gubernamentales han sido algunos de sus blancos preferidos desde su aparición en los 90. A continuación se presentan algunos de los casos locales e internacionales más famosos:
- Entre enero y octubre de 1994, el ciudadano ruso Vladimir Levin, que por entonces tenía 24 años, se valió de una computadora y un módem para transferir a cómplices suyos 10 millones de dólares de distintas cuentas del Citibank, entre ellas varias argentinas. El ingenioso Levin fue finalmente descubierto por el FBI y condenado en mayo de 2001 a tres años de prisión en Louisiana, Estados Unidos. Seis de sus cómplices también fueron detenidos.
- En febrero de 1998 se produjo el ataque de mayor repercusión contra el Pentágono en su historia. Tuvo lugar durante la Guerra del Golfo, en momentos en que el Departamento de Defensa estadounidense elaboraba un plan de ataque contra el presidente iraquí, Saddam Hussein, en caso de que fracasaran las gestiones diplomáticas de la ONU. Aunque las tres fuerzas armadas padecieron “cierto nivel de penetración”, los funcionarios del país del Norte aseguraron que los hackers no lograron sustraer “datos clave”.
- En enero de 2001, 26 sitios web pertenecientes a organismos gubernamentales y militares de Gran Bretaña, Estados Unidos y Australia sufrieron cambios en su portada en forma simultánea. El caso de múltiple “hacking” fue considerado por los expertos como “una provocación” que no perseguía otra cosa más que cambiar la fachada de las páginas, y fue atribuido al grupo de hackers Pentaguard.
- Un mes después, en febrero de 2001, un grupo de piratas informáticos penetraron en el server del Foro Económico Mundial de Davos y robaron datos de Bill Clinton, Bill Gates y Yasser Arafat, entre otros, obteniendo desde números de celulares hasta tarjetas de crédito.
- A nivel local, en febrero de este año fue detenido en La Plata Jorge Daniel Conti, un profesor de matemática de 44 años que robaba líneas de celulares para conectarse a Internet. La estafa, que se prolongó durante un año, fue estimada por las compañías telefónicas en 500 mil dólares.