El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, desde su designación, en junio de 1998, es conocido por su permanente controversia con todo lo que tenga un toque progresista. En esa línea de pensamiento, fue enconado defensor del ex vicario castrense Antonio Baseotto y desde el púlpito capitaneó una campaña para que la feligresía ignore las leyes de unión civil o de salud reproductiva. Según Aguer, esas dos normas “atentan contra el orden natural y los ciudadanos no tienen por qué obedecerlas”. Las consignas del arzobispo platense salen al aire por un programa que se llama Claves para un mundo mejor y que se emite por Canal 9.
El prelado suele ser duro con el actual gobierno. Su palabra estuvo en todos los medios cuando aseguró que la Argentina “no está en crisis sino en decadencia”. Uno de sus blancos predilectos es el ministro Ginés González García. “Triste destino veo en una sociedad cuyo ministro de Salud anda repartiendo preservativos el Día de la Primavera en los bosques de Palermo”, sostuvo en noviembre del 2004. Hasta se enojó con el cura Luis Farinello, cuando éste calificó de “conservador” al papa Benedicto XVI. “Tachar a alguien de conservador es peor que decir que es un violador, un pedófilo o un asesino serial”, exageró el obispo, quien luego se preguntó: “¿Qué es lo que no se debe conservar?”.