La beba de cuatro meses que sobrevivía con asistencia respiratoria tras haber sufrido muerte cerebral –presunta consecuencia del castigo al que la habrían sometido sus padres– falleció ayer en el Hospital Italiano de Córdoba. La directora de ese centro sanitario, Susana Caminos, informó que su corazón “dejó de latir”. Ludmila había sido internada la semana pasada en estado de coma irreversible, con el registro de haber sufrido golpes. El fiscal postergó la declaración indagatoria de sus padres para este viernes.
La chiquita murió a las 16.10, antes de que llegara la decisión judicial para desconectarla del respirador. Sebastián Barchetti, de 22 años, y Estefanía Santa Cruz, de 21, habían sido detenidos luego de que los médicos que atendieron a su hija constataran su grave estado y realizaran la denuncia policial. Los especialistas también habían pedido autorización a la jueza de Menores Amalia García de Fabre para quitarle el respirador a la beba. Ella dio la orden de “no innovar”, pero cuando comenzó a cuestionarse su actuación ante una lesión anterior sufrida por la nena se apartó del caso alegando “violencia moral”.
Ayer, el fiscal Marcelo Hidalgo pospuso la indagatoria de los progenitores de Ludmila, a pedido de la defensa de la madre. Según trascendió, les tomará declaración el próximo viernes.