Por C. A.

Estaban sentados uno frente al otro. Se miraban a los ojos, se disfrutaban en el comienzo de una relación que continúa, y esperaban que estuvieran sus hamburguesas en el Burguer King del centro al que solían ir, aunque solos. Martín Lanfranco, 23, se paró, fue al baño, volvió y lo vio de lejos, con amor. Se acercó a la mesa y se sentó a su lado. Le dio un beso. Luis le respondió. Se disponían a seguir la conversación cuando un guardia de seguridad, presto a preservar el orden, se acercó y les dijo: “Muchachos, yo no tengo problemas, pero éste es un ambiente familiar”.
La anécdota, que terminó en una denuncia que aún se tramita en la Defensoría del Pueblo, es apenas una muestra de cómo son las discriminaciones y agresiones a los gays, lesbianas, bisexuales y trans. Con ese intento “piola” de deshacerse de ellos comenzó la discusión. Había en el local otra pareja que se besaba con altos niveles de pasión. Hombre y mujer, a nadie se le ocurrió cuestionarlos. Eso era parte de la argumentación de Martín y Luis. “¿Por qué pretende echarnos a nosotros?”. El hombre se explayó en los inconvenientes de que se dejaran ver en público. Ellos retrucaron con un: “Y si hay un judío con kipá, vas a pedirle que se lo saque?”.
Llamaron al gerente. El señor reiteró las excusas. “Si algún cliente se queja no tenemos qué decirle”. Pero nadie se quejaba. “Si los ve un chico, qué puede pensar?”, esgrimió. “Nosotros sabíamos las leyes que nos amparan, nos fuimos, pero hicimos la denuncia pública y en la Defensoría. La empresa retrucó reforzando la discriminación, dicen. “Una cosa son las demostraciones de afecto y otra, las demostraciones sexuales”.
La encuesta realizada entre los asistentes a la marcha del orgullo de 2004 marca la reiteración de este tipo de discriminaciones: el 54,3 por ciento contestó que fue discriminado alguna vez, y en este caso, los gays y las lesbianas, en la misma medida. El hecho de que los menores de 19 resulten los más discriminados también se relaciona con que son los que se comportan con mayor liberalidad ante el resto de los mortales.