El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, hizo una evaluación inédita del debate sobre la inseguridad. “Es una cuestión que demanda tiempo –afirmó Fernández–. La crisis argentina nos llevó a niveles asombrosos de desorden social. Son años de pobreza y desigualdad, lo que derivó en el desarrollo de una cultura en paralelo y la idea de que delinquir es posible. Un ejemplo. Al custodio de Carlos Ruckauf lo mataron en un asalto un padre y su hijo, la madre les decía que se protegieran escondiéndose en casa de la abuela. ¿Usted cree que eso se termina de la noche a la mañana? No, de ninguna manera. Tenemos políticas sociales, hay que ser muy firmes en la prevención con policías en la calle, hay que ser firmes en la Justicia, que tiene que aplicar las leyes sin actuar sonsamente y hay que mejorar los controles en el Servicio Penitenciario. Tenemos que avanzar contra el delito usando la Justicia como herramienta. ¿Juan Carlos Blumberg como candidato contra la inseguridad? No, yo no voy a opinar. Finalmente es el padre de un chico asesinado. No voy a opinar.”

El diálogo sobre cuestiones de inseguridad y otros temas fue mantenido por este periodista con el jefe de Gabinete en una entrevista realizada para el programa Rayos X, del canal Magazine.

–¿Por qué la inseguridad aparece ahora en las encuestas como el principal problema, incluso por encima de la desocupación?

–Se redujeron la pobreza, la indigencia, el desempleo y la gente está volviendo a un circuito más normal, de trabajo. Eso hace que las reglas empiecen a ordenarse y aparecen reclamos distintos a los anteriores. Pero esto demanda tiempo, porque estamos en un país que tocó niveles asombrosos de desorden social. Nosotros terminamos con los secuestros, desarticulamos muchas bandas de robo de autos porque fuimos contra los desarmaderos, pero es un proceso lento. Se requiere de políticas de Estado, como el plan de desarme que lanzamos el otro día.

–De todas maneras, el Presidente habla poco y nada de la cuestión.

–No es así. Pregúnteles a todas las víctimas de secuestros o familiares de personas asesinadas. El Presidente ha mantenido un contacto muy intenso con ellos. Eso sí, no hacemos un uso político del tema.

–La gente se queja mucho de los robos y no faltan quienes afirman que hace falta una política social en las villas para descomprimir la situación.

–No hay que estigmatizar. El que disparó hace un mes en Belgrano era de Belgrano, no de una villa. Y en cuanto a la política social estamos siendo muy intensos, a la vez que severos en el control. Tal vez muchos no sepan que de 1.200.000 planes sociales, hoy en día el 90 por ciento se cobra por tarjeta bancaria, es decir que eliminamos la intermediación y el clientelismo, que muchas veces jugaban también un papel en la inseguridad.

–Habrá escuchado a sectores que reclaman penas más duras.

–No es fácil. Son años de pobreza y desigualdad. Hay que trabajar en la educación y en instalar otra cultura. Ya le conté el caso del homicidio del custodio de Ruckauf, con toda la familia involucrada. Eso no se arregla de la noche a la mañana. Tenemos que estar firmes en la prevención, con policía en la calle, muy firmes en la Justicia, que tiene que aplicar las leyes. Digo que debe dejar de actuar sonsamente, porque cuando uno ve que muchos de los que delinquen están saliendo transitoriamente de prisión, hay algo que está fallando. Hay que mejorar los controles del Servicio Penitenciario. Y, por supuesto, avanzaremos en el desarme. La clave está en pelearle al delito con la Justicia como elemento principal.