Como todo proyecto de pretensiones quijotescas, el desembarco de las computadoras económicas a la escena local está rodeado de cierta atmósfera de precaución. Las laptops serán analizadas al detalle por distintas comisiones técnicas, pero por sobre todo las inspeccionarán con ojo curioso y crítico sus mismos destinatarios: los chicos. El comité de evaluación pedagógico está a cargo de Adrián Paenza, quien ofició en su momento de “puente” entre Negroponte y el gobierno argentino; y de comité técnico oficiará la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA.

“Va a haber varias etapas: las primeras 50 unidades llegarán en una semana. Se van a testear y hasta se organizará una simulación, una especie de focus group: quizás elijamos 20 alumnos y dos profesores y las pondremos a prueba”, explicó a Página/12 Laura Serra, directora de proyectos de Educ.ar, el portal argentino de educación dirigido por Alejandro Piscitelli, que actuará de comité logístico. “Queremos ver cómo anda la batería, si las teclas son demasiado pequeñas para los chicos. Luego se le hará una devolución. A partir de ahí se acercará más a la etapa de producción final.”

La segunda oleada vendrá en enero. Arribarán al país 500 unidades y serán destinadas a testearlas en el nivel nacional. Tan necesaria como la adaptación de los chicos será la preparación de los maestros. “Será una sensibilización más que una capacitación. Hace falta trabajar con ellos para especificar qué se va a hacer con ella en el aula”, agregó Serra.

Se prevé que cuenten con cien libros almacenados en la memoria. “La pantalla la hace muy agradable para leer y el chico va a tener acceso a una biblioteca que normalmente no tendría nunca.”

Eso sí: hasta el momento no hay nada firmado, ni un acuerdo de intención. “Si son satisfactorias las pruebas se decidiría la compra en marzo aproximadamente. Y de ahí comenzarían a llegar de a cien mil a partir de julio. Y si no pasan la prueba no se compran, no hay ningún compromiso”, concluyó.