SOCIEDAD • SUBNOTA › INSPECCION DEL TRIBUNAL Y LAS PARTES DE EL CARMEL
› Por Horacio Cecchi
Si alguien supone que realizar la audiencia del juicio oral en El Carmel significaba un día de relax al aire libre, está equivocado. Además de que el aire libre había sido ocupado por una nube de mosquitos, durante cuatro horas continuas los jueces, los abogados, los fiscales y el propio acusado recorrieron cada una de las partes mencionadas durante el juicio pero en la realidad. Esto significó caminar, caminar y caminar. La recorrida fue solicitada por el fiscal Molina Pico y forma parte de la estrategia: seguro que no tuvo el mismo impacto en los jueces la primera inspección ocular, realizada antes de iniciar el juicio, que la de ayer, habiendo escuchado a testigos, peritos y hasta al propio acusado. Ahora, la muerte de MM adquiría dimensiones mucho más reales.
Carrascosa estuvo desde muy temprano en El Carmel. El primero en llegar fue su abogado, Alberto Cafetzoglus (10.10), que se mostró inseparable de un enorme frasco aerosol antimosquitos. A las 10.32, Molina Pico; 24 minutos después, los querellantes Zulema Rivera y Gustavo Hetchen; enseguida arribó el juez Luis Rizzi, y los fiscales Ariel Apolo y Diego Grau. A las 11.07 llegó el cuarto fiscal John Broyad; 11.15, el defensor Hernán Ferrari. Y a las 11.28, en el mismo vehículo, los jueces Hernán San Martín, María Etcheverry, la silenciosa joven que redacta en las audiencias y no se despega de la figura infaltable de cada audiencia, el secretario Maxi Nicolás, sufrido lector de pruebas y obsesionado con preguntar a cada testigo si conoció a “María Laura Luz Gallup Lanús de Hurtig..., la madre de la víctima” con resultado tortuosamente negativo.
El grupo recorrió todos los sectores del country, tomó el tiempo que llevaba el traslado en el autito eléctrico desde la guardia hasta la casa de Carrascosa (6 minutos, 10 segundos), con el vehículo ya arrancado, visitó el club house y el club house de chicos, la casa de los Bártoli, la de los Binello y la de Carrascosa.
“Fue muy importante –dijo uno de los participantes del recorrido–. Allí los jueces vieron las habitaciones, el baño, vieron cómo era el grifo de la bañadera, la viga, también de dónde se extrajeron las muestras de sangre, vieron dónde estaban las manchas fuera del baño.”
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