La guerra por el control de las drogas entre dos bandas de narcos en el barrio porteño de Bajo Flores fue relatada por Página/12 el 30 de octubre de 2005, un día después de la balacera que provocara la muerte de cuatro personas, entre ellas, un bebé de ocho meses. El episodio ocurrió en medio de un cortejo por el Señor de los Milagros, una imagen religiosa venerada en Perú. La historia de los narcos del Bajo Flores continuó en una saga de notas que aún mantienen en vilo a la comunidad.

La trama de poder armada por los narcos se sostuvo en una suerte de orden paralegal, que dentro de la villa 1.11.14 tiene tanto peso como el peso de la ley, o sea, es la ley misma. Durante las primeras entrevistas realizadas por Cristian Alarcón a los vecinos de la villa, intentando describir el escenario en que se produjo la masacre del Señor de los Milagros, se mencionaba a un tal Salvador. Era el apodo con que los informantes preferían encubrir, por miedo, al verdadero nombre del “protector”, el líder narco de la 1.11.14: Marco Estrada González. Marco, o Marcos, como se lo conoce en los pasillos de la villa, formaba parte de la procesión del Señor de los Milagros y fue socio de quien aquella tarde quiso matarlo a él y a su familia: Alonso Ramos Marino, apodado “Ruti”. En 1999, cuando llegaron a la Argentina desde Perú, eran amigos. Los negocios se ve que los fueron apartando.

Los enfrentamientos siguieron cobrando vidas, como el caso del joven Brian Vigiano, del barrio Rivadavia 1, asesinado en octubre de 2006. En enero de 2007, Página/12 publicó una nota en la que informó sobre los megaoperativos en el Bajo Flores “con la idea de apretar clavijas” en territorio narco. Otra de las víctimas fue Lucas Gómez, asesinado a puñaladas, hijo de la delegada barrial Susana Acosta.

Ruti está preso por la masacre del Señor de los Milagros, el 30 de octubre de 2005. Salvador, o Marcos, o Marco, no. El 9 de abril pasado este diario relató vida y obra del “protector” de la 1.11.14 y propuso el interrogante: ¿cómo se explica que alguien, que ya conoció las rejas por formar parte de una asociación ilícita dedicada al narcotráfico, pueda caminar por los pasillos de la villa donde todos lo conocen con “papelitos” en los bolsillos?