Dom 24.06.2007

SOCIEDAD • SUBNOTA  › IRINA KOVALSKYS, ESPECIALISTA

Medidas para tomar

› Por Mariana Carbajal

Clubes con muy bajo costo, escuelas públicas con deporte extraescolar, traslados gratuitos hacia y desde centros deportivos. Y también, educación nutricional saludable en el ámbito escolar o comunitario son algunas de las medidas que desde el Estado deberían promoverse para contrarrestar el crecimiento de la obesidad y el sobrepeso infantil, según la médica pediatra Irina Kovalskys, reconocida especialista en el tema, coordinadora del Comité de Obesidad y Actividad Física del Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI).

El ILSI es una institución con presencia mundial, sin fines de lucro, cuyo objetivo es promover la comprensión de temas científicos en materia de nutrición, inocuidad de los alimentos, toxicología, evaluación del riesgo y seguridad ambiental. En un reportaje de Página/12, Kovalskys analizó la problemática alimentaria y planteó algunos consejos para mejorar la dieta de los chicos en los hogares.

–¿La sociedad argentina va camino a parecerse a la norteamericana en cuanto al alcance de la obesidad en la población?

–Los estudios nacionales muestran cifras de prevalencia preocupantes, aunque no alcanzan a las últimas cifras americanas. En Estados Unidos hay 34 por ciento de niños y adolescentes con sobrepeso y 16 por ciento con obesidad. Aquí no hay estudios nacionales de tendencia que pueden predecir la velocidad de incremento de la patología.

–¿Está aumentando la obesidad infantil en el país? ¿Es mayor el incremento en áreas urbanas?

–Aunque no tenemos cifras de incremento, sabemos que está aumentando y la epidemia es mundial. Las áreas urbanas muestran mayores condiciones ambientales para el desarrollo del sobrepeso por un menor movimiento y un acceso más fácil a alimentos industrializados.

–¿Qué lugar ocupa la actividad física para prevenir la obesidad y el sobrepeso infantil?

–Es muy importante el valor del movimiento y ello no sólo significa aumentar la actividad física sino, inclusive, disminuir el sedentarismo. Hoy los chicos están expuestos a un sin número de opciones tecnológicas que los dejan muchas horas del día sentados en una silla. La simple disminución de la exposición a “pantallas” estimula el movimiento espontáneo que surge con el juego.

–¿Qué medidas deberían tomarse desde el Estado para impedir que la obesidad infantil se propague?

–La obesidad es de causa multifactorial y eso la convierte en una problemática de difícil abordaje desde la salud pública. Sin embargo, son importantes medidas que tiendan a facilitar el acceso a la actividad física, como clubes con muy bajo costo, escuelas públicas con deporte extraescolar, traslados gratuitos hacia y desde centros deportivos. Y también la educación nutricional saludable en el ámbito escolar o comunitario son algunas de las medidas que intervienen en los modelos de prevención.

–¿Qué aconseja a los padres para mejorar la alimentación y los hábitos de consumo de sus hijos?

–Elegir la leche materna en reemplazo de la de fórmula es una manera de prevenir la obesidad futura. Otra sugerencia es la participación familiar en la elección de una receta y en la preparación de la comida, que incluyan el uso controlado de grasas en la cocción, como cremas, aceites, manteca o margarina, o quesos grasos. En las familias de bajos recursos, hay que priorizar las comidas autóctonas y evitar productos de panadería y bollería altos en grasa. Varios estudios nacionales e internacionales muestran que una de las principales fuentes de grasa en países de Latinoamérica se asocia con alimentos en base a harinas adicionados con materia grasa.

–¿Cuál es el mejor camino para que los chicos se entusiasmen al comer verduras y frutas?

–Los chicos comen verduras cuando están preparadas sabrosas, cuando son ofrecidas con frecuencia y desde temprana edad y cuando los padres comen. El dulce natural de la fruta hoy tiene demasiada competencia y en la medida en que los alimentos adicionados con azúcar, dulces y golosinas sean consumidos en exceso, la fruta no tiene lugar. Balancear es la clave y permitirá revalorizar su lugar. La educación parece ser la herramienta más efectiva en este caso.

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