El primer logro legislativo de la Asociación de Padres Alejados de sus Hijos (Apadeshi) fue en 1993 la sanción en el Congreso de la Ley 24.270, que tipificó como delito penal el impedimento del contacto con los hijos del padre no conviviente. La norma fija penas de un mes a un año de prisión. Esta ley es rechazada por especialistas en derecho de familia porque traslada al ámbito penal un conflicto que debe dirimirse en el fuero civil, en cuyos juzgados suele haber profesionales más preparados para ocuparse de la problemática que en los tribunales correccionales, acostumbrados a atender delitos de otra índole.

La diputada del ARI Marcela Rodríguez también está en contra de esta ley y ha presentado un proyecto para modificarla. Su compañero de bancada Carlos Raimundi, en cambio, busca ampliar sus alcances para que se criminalicen también el impedimento de contacto de los chicos con abuelos y otros familiares. “La idea de criminalizar este tipo de conductas es inadecuado”, opinó Rodríguez.

Apadeshi es conocida entre los especialistas en derechos de la infancia como una entidad que ha promovido en el país el llamado Síndrome de Alienación Parental o SAP, una teoría creada en 1985 por el psiquiatra norteamericano Richard Gardner. Según Gardner, quien se suicidó en 2003, el SAP sería provocado generalmente por las madres y consistiría en incitar a sus hijos a ponerse en contra del padre, al punto de llegar a lograr que inventen que abusó de ellos. Después de 22 años de su definición, ni la OMS ni la Asociación Americana de Psiquiatría han considerado que este síndrome exista.

“Peritos de parte de abusadores sexuales usan el SAP en los juicios como argumento para descalificar las denuncias de los niños. Pero ninguna asociación de psiquiatría, psicología ni psicoanálisis del mundo reconoce al SAP”, señaló a este diario la psicoanalista Isabel Monzón. En sus numerosos ensayos y trabajos, Gardner ha escrito frases que defienden la pedofilia, como la siguiente, de 1986: “En la actualidad, el niño sexualmente abusado es generalmente considerado como la víctima, a pesar de que pueda iniciar encuentros sexuales seduciendo al adulto”.