En el país hay poco más de un millón de armas registradas, pero se supone que hay muchas más sin declarar. Esto lleva a estimar que “uno de cada diez hogares argentinos tiene algún arma de fuego”, de acuerdo con las cifras que dio a conocer en su momento el Ministerio del Interior. La consecuencia de ello es que el uso de armas se ha constituido en la segunda causa de muerte en el país. Del total de muertes, el 65 por ciento son producidas por “accidentes en el manejo de armas, suicidios con armas de fuego o conflictos interpersonales que nada tienen que ver con la actividad delictiva”, según señalaron las organizaciones no gubernamentales que conforman la Red Argentina para el Desarme.

Entre 1997 y 2005 hubo 31.043 muertes por armas de fuego, según un trabajo realizado por la Universidad de San Andrés, sobre datos aportados por el Ministerio de Salud de la Nación. En ese mismo informe se dijo que de los 2710 suicidios ocurridos en 2005, un tercio de ellos había sido cometido con armas de fuego. Una encuesta realizada en forma reciente por la consultora Ipsos-Mora y Araujo determinó que el 9,8 por ciento de la población adulta tiene un arma en su casa, en el automóvil o en depósito, lo que significaría una cifra de 2,2 millones de armas.

La campaña de entrega voluntaria de armas seguirá hasta fin de año, con posibilidad de extenderse por otros 180 días. Esa posibilidad se hará realidad si, como hasta ahora, se mantiene el interés creciente de la ciudadanía. Hay que tener en cuenta que, todavía, no se han instalado puestos de recepción fijos en la mayoría de los partidos bonaerenses, tanto del conurbano como del interior de la provincia.