Dom 28.12.2003
cash

LA RECUPERACION, EL GOBIERNO DE KIRCHNER Y LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ

“Nadie está pensando en irse”

El sector automotor está mejor que en el peor momento de la crisis pero todavía no ha despegado fuerte como otros rubros industriales. Algunas líneas están trabajando al 20 por ciento de su capacidad.

Por Cledis Candelaresi

El titular de Fiat Argentina, Cristiano Rattazzi, es un crítico de la devaluación pero reconoce ciertos logros de la política oficial. Está convencido de que el año próximo la Argentina seguirá creciendo. Entre otras sugerencias al Gobierno, el máximo representante local de la automotriz italiana plantea honrar la deuda y dispensar un trato “firme” hacia los piqueteros. Que no significa reprimir, según deja expresamente claro en su diálogo con Cash.
El PBI creció 8 por ciento en los diez primeros meses. ¿En qué medida la industria automotriz participa de esa bonanza?
–En relación con los 6 mil autos por mes que fabricábamos el año pasado, los 16 mil actuales son una buena noticia. Pero aún estamos muy lejos de los 45 mil mensuales que se producían en 1994 hasta 1998. A este ritmo de crecimiento, a la Argentina aún le faltan cinco o seis años para alcanzar el nivel que tenía entonces la economía. Pero la tendencia es a mejorar, como ocurre después de una guerra luego de que se destruyó todo.
¿Todo?
–Se destruyeron todos los contratos. La devaluación fue una ruptura. Ahora lo importante es que nadie prevé que el año que viene pueda haber un estancamiento. Por el contrario, sabemos que vamos a seguir creciendo. Hay industrias con equipamiento moderno y en buenas condiciones para exportar.
¿Qué significan buenas perspectivas para el 2004 en la industria?
–Que lleguemos a fabricar 200 mil autos en el año y aumentemos las exportaciones. Pero el país tiene todavía muchas cosas por resolver. Se violaron todos los contratos y no se respetaron leyes. Un ejemplo es la de la intangibilidad de los depósitos, que fue sancionada en noviembre del 2001 e ignorada semanas después. Por esta pérdida de credibilidad no vuelven las inversiones.
No será que no vienen porque se achicó el mercado y no hay proyectos con rentas atractivas.
–La falta de credibilidad tiene más peso que la inseguridad, que es un problema que aqueja a todos los argentinos y no sólo a las empresas.
¿Qué puede hacer el Gobierno para atraer inversiones?
–Mucho. Y creo que hace bastantes esfuerzos para que volvamos a ser un país normal. Pero hará aún más si los contratos firmados, aunque sean de difícil cumplimiento, se respetaran.
¿Cuál es la ruptura de contratos que más le preocupa?
–Hubo tantas que no es posible enumerarlas. Lo único que faltaba era volver a los seguros de cambio. Pero entre las cosas insólitas que ocurrieron podría mencionar la pesificación asimétrica.
¿Un nivel de producción de 200 mil unidades no significa que la industria automotriz está sobredimensionada?
–Eso depende de la apertura que tenga el sistema. Cuando un país demanda internamente 300 mil unidades ya justifica la existencia de una industria automotriz. El plus viene con la exportación. Brasil es importante pero representa sólo un destino de nuestras exportaciones. Y si volviera a demandar los 2 millones de unidades del año 1998, necesitaríamos muchas fábricas para atender desde aquí esa demanda.
¿Eso significa que si no hubiera una apertura rápida de nuevos mercados hay terminales que podrían desinvertir?
–Nadie está pensando en irse. Pero la economía de escala será útil porque algunas líneas están hoy trabajando con el 10 o el 20 por ciento de su capacidad.
¿La Argentina tiene que mejorar su propuesta a los acreedores?
–Lo que tiene que hacer es formular una propuesta que permita avanzar. Si mantiene un superávit del 3 por ciento durante dos o tres años, sin duda la situación será mucho mejor que la actual. A la deuda hay que administrarla, no pagarla: nunca nadie pagó íntegra una deuda pública.
¿Cómo ve al presidente Kirchner en sus primeros meses de gestión?
–Es audaz y le va bien. Es cuidadoso con las cuentas, algo que ya había probado en Santa Cruz. No tira manteca al techo cuando las cosas van bien.
¿Qué le parece su política respecto de los piqueteros?
–Buena, porque admite que es un problema a resolver. Hay que respetar el derecho a manifestar de los piqueteros, aunque también el que tienen las pymes que venden productos perecederos y hacerlos llegar a destino. Aclaro que en ningún momento el sector empresario habló de reprimir. (Alberto) Alvarez Gaiani sólo le pidió al Gobierno ser firme.
¿Qué significa ser firme con los piqueteros?
–Poner límites. Leandro L. Alem se puede cortar pero no todos los días. Se puede manifestar pero no robar un negocio. Y me parece que el Gobierno está lo está entendiendo.
¿Fiat ocuparía a beneficiarios de planes Jefas y Jefes de Hogar?
–Claro que sí. Muchos de ellos son empleados muy capacitados que tuvimos que despedir. Ojalá pudiéramos reintegrarlos.
¿Puede aclarar cuál es la diferencia de fondo entre las dos líneas internas de la Unión Industrial Argentina?
–No hay diferencias. Es sólo una cuestión de poder. Tampoco hay diferencias respecto del tipo de cambio. Nadie quiere ahora un dólar ni de 2 ni de 4 pesos: todos nos alineamos en torno de 3.

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