CRECIMIENTO, BIENESTAR, PROGRESO, SOBREABUNDANCIA Y POBREZA
Contradicciones del desarrollo
El profesor de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París plantea el polémico interrogante: ¿desarrollar qué y para quién?
Por Natalia Aruguete
El economista francés Christian Comeliau enfatiza la falta de un reconocimiento del carácter político, y no tecnocrático, del proceso de desarrollo. En diálogo con Cash afirmó: “Una estrategia de desarrollo no puede evitar la pregunta ¿desarrollar qué y para quién?”. El año pasado estuvo en Buenos Aires invitado por la Cátedra de Altos Estudios FrancoArgentinos de la UBA. Criticó la economía de mercado global por sus efectos enajenantes y reivindicó la necesidad de aceptar “la diversidad de los objetivos elegidos por las distintas sociedades”.
¿Cómo caracteriza el concepto de desarrollo?
–La palabra desarrollo es la traducción moderna de la vieja concepción de progreso social: la sociedad mañana puede ser mejor que hoy.
¿Qué efectos ha tenido asociar la noción de desarrollo con la de crecimiento?
–Son efectos muy complejos que se explican mejor en los países más pobres. Si uno proviene de niveles de satisfacción muy bajos, es normal que piense los cambios como un aumento de bienes y servicios. El error es confundir la medida de la actividad económica con los resultados en términos de bienestar y progreso. La seguridad, la autonomía, la justicia social no tienen que ver con el crecimiento.
¿Qué peso ha cobrado la noción de “mercado autorregulado” en el mundo?
–Todo el mundo insiste en la referencia al mercado. El pensamiento económico construyó modelos perfectos de funcionamiento de mercado que permiten entender pero no sirven como regla para transformar la realidad. Para los economistas, si se reúnen las hipótesis de la competencia perfecta tenemos un óptimo social. Pero las hipótesis no están reunidas. Los actores dominantes sostienen que la realidad debe entrar en el modelo de la competencia, lo cual es absurdo.
¿Cuál debería ser el rol del Estado dentro del proceso de desarrollo?
–Como el funcionamiento del mercado genera consecuencias colectivas negativas, al Estado le corresponde una acción correctiva en áreas como educación, salud, transporte. El Estado interviene a través de flujos financieros pero también imponiendo reglas.
¿Qué diferencias existen entre una alianza entre el Mercosur y la Unión Europea y una alianza como la que se propone con el ALCA?
–Es diferente la naturaleza de los objetivos establecidos. Una alianza puede hacerse sólo en función de la libertad de comercio, con los defectos del mercado. O puede haber intereses comunes mucho más amplios que no son sólo comerciales. En el caso europeo hay tentativas mal logradas en relación con los problemas de realimentación del trabajo, inmigración o flujos de capitales. Son problemas más ambiciosos que lo simplemente comercial.
¿Cómo se resuelve la paradoja entre la sobreabundancia y el hambre a nivel mundial?
–Es el problema mundial más chocante. Es el resultado de la lógica de mercado en un mundo integrado. Los países ricos consumen demasiado, hasta el punto de cuestionar los equilibrios ecológicos del planeta. Y al lado, hay gente que muere de hambre. Y la solución es Bush que dice: “no podemos tocar el nivel de vida norteamericano”. Una solución violenta y peligrosa. Otros plantean que la sobreabundancia debe ser igual para todo el mundo, pero esto no es posible porque los recursos naturales son limitados. Si se pretende que el desarrollo en China sea similar al de Estados Unidos, se deben construir 700 millones de autos para los chinos. Pero no hay petróleo suficiente. Ahora, con qué derecho un norteamericano o un europeo puede decirle a un chino “el auto no es para vos”. Ese es el tema más difícil de resolver.
¿Qué se debe hacer frente a eso?
–La verdadera solución es que habrá que consumir menos en los países ricos y consumir más en los países pobres. Y consumir mejor. El bienestarno aumenta necesariamente con la cantidad de consumo, aunque está claro que cuando uno se muere de hambre hay que producir para comer.