FUERTE ALZA DE ACCIONES Y EXPECTATIVAS POR LOS NUEVOS BONOS
Los corredores, como si hubiesen sido tocados por la varita del optimismo, están muy entusiasmados con las perspectivas de los activos bursátiles. Algunos imaginan un boom similar al de 1991-1992.
› Por Claudio Zlotnik
Los más memoriosos recordarán lo sucedido en 1991, no bien se lanzó la Convertibilidad. Otros tendrán presente el más cercano período 1993-94, en pleno auge del 1 a 1. Como ocurre ahora, en aquellos tiempos también se vivió un clima de euforia bursátil. Como entonces, la fórmula se repite: la fiebre por las acciones, y en esta época también por los bonos, está directamente relacionada con un período de auge económico –con la reestructuración de la deuda funcionando como un verdadero catalizador de los negocios– y un contexto internacional favorable. En la semana final del canje, los financistas se preguntan hasta cuándo durará la fiesta.
En la última parte del ‘91, el MerVal pegó un salto de 300 a 850 puntos. Poco después –a mediados del año siguiente– tocó el record de 922 y luego sobrevino el bajón. Un par de años más tarde, entre los días finales del ‘93 y comienzos del ‘94, el índice subió de 450 a 700 puntos. Ahora, en medio del fuerte repunte de las últimas semanas, los corredores se enfrentan al dilema de si esta vez se repetirá la historia o, por el contrario, podrá romperse el maleficio y evitarse el derrumbe de los papeles.
A fines de la semana pasada, cuando vencieron alrededor de 200 millones de pesos en opciones, la gran mayoría de los inversores ejerció su derecho a quedarse con los papeles. La lectura inmediata que hicieron en el recinto fue que esta realidad le dará un empuje adicional al mercado porque supone el ingreso de fondos frescos. No obstante, algunos ya empezaron a deshacer su cartera. Son los que evalúan que, aun cuando los papeles podrían subir un 10 por ciento adicional en las próximas sesiones, prefieren jugarse por otras opciones financieras.
Algunos corredores creen que a partir del lunes 28 las acciones tendrán un fuerte competidor: los nuevos bonos Par y Discount que surjan del canje. La suposición es que no bien termine la operatoria se engrosará el mercado gris de esos títulos, que por ahora se negocian de manera marginal. En el microcentro creen que, tras el rally alcista de los papeles empresarios, los nuevos bonos serán las vedettes del mercado. Una recorrida por las principales casas de Bolsa permite observar que los agentes prevén una suba de entre 10 y 15 por ciento de esos títulos de deuda en las primeras jornadas de marzo. De acuerdo con la experiencia de otras reestructuraciones, los bonos recién lanzados tienen un recorrido alcista de hasta 60 por ciento en el primer año de oferta pública.
El contexto internacional ayuda a que en la Argentina se concreten las expectativas optimistas. Si bien Alan Greenspan seguirá subiendo la tasa de interés de corto plazo, el consenso es que la de largo alcance continuará deprimida. Un escenario así seguirá favoreciendo las inversiones en los países emergentes. Ya lo vive Brasil, donde la Bolsa y los bonos quiebran record semana tras semana.
Sean las acciones o los bonos, en la city están seguros que la fiesta continuará. Como hace una década, los financistas volvieron a hacer buenos negocios. Y ahora que están frente a un escenario que la mayoría ni siquiera imaginaba.
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