Dom 10.04.2005
cash

BALANCE SOBRE EL CANJE DE BONOS EN DEFAULT

Resultado inesperado

Una visión muy optimista sobre el saldo del proceso de salida de la cesación de pagos ofrece un especialista en reestructuraciones de deuda.

Por Joel Romero *

Con el canje de la deuda, y con la puesta a disposición de los nuevos Bonos Par, CuasiPar y Descuento, con más los intereses devengados desde el 31 de diciembre de 2003 hasta el 1º de abril de 2005, se termina una etapa difícil y que generaba gran incertidumbre. Esto constituye un éxito notable, ya que a poco más de tres años de haber declarado la suspensión de pagos, la Argentina regularizó buena parte de su deuda externa en default. Dicho plazo, que mirado desde el lado de los acreedores podría aparecer como excesivo, atendiendo las complejidades del caso, resulta por lo menos comprensible.

En cuanto a la técnica empleada por el Estado nacional para reestructurar la deuda, la misma fue irreprochable:

n Se paró sobre la caja sin complejos, evitando comprometer pagos anticipados, desoyendo a quienes proponían esa vía a fin de descomprimir la situación y seducir a los inversores para ingresar al canje.

n Fue realista con la capacidad de pago del país y compuso una oferta agresiva, que con algunos ajustes beneficiosos mantuvo incólume.

n No cayó en la tentación de querer congraciarse y mostrarse complaciente con los acreedores, defecto de algunos deudores que suele condenar al fracaso sus reestructuraciones.

n Tampoco recorrió el camino de patear el problema para adelante, haciendo una oferta meramente cosmética, que pospusiera sin quita los pagos de capital e intereses por unos 10/15 años, pasando el testimonio al próximo gobierno, como se hizo en otras épocas.

n No existiendo norma internacional que regulara los procesos de default de deudas soberanas, desplegó una acertada tarea jurídica para obtener sentencias favorables en tribunales extranjeros y evitar que los acreedores pudieran embargar activos argentinos.

n Respetó las normas de emisión de los títulos públicos en mora.

n Siendo un canje voluntario, cuyo resultado no podía ser impuesto a los acreedores disidentes, utilizó adecuadamente la coyuntura internacional netamente favorable, esto es: tasas de interés muy bajas, la depreciación del dólar, los términos de intercambio que hicieron innecesario recurrir al crédito externo, el cambio de la legislación belga que dificulta el embargo sobre los pagos de la deuda nueva que se realicen a través de Euroclear.

n Aprovechó inteligentemente la atomización, la dispersión geográfica y el agotamiento de los tenedores de los títulos en mora.

n Así como la fuerte desmotivación que implicaba para los acreedores, frente a la perspectiva de tener que invertir grandes sumas de dinero y de tiempo, para litigar en el exterior contra el Estado argentino, con un resultado bastante incierto.

No pueden perderse de vista las graves consecuencias que el incumplimiento de la abultada deuda asumida ocasionó sobre un país de las características del nuestro, pero estos hechos consumados del pasado, afortunadamente no condicionaron la estrategia del gobierno actual, que, no siendo el que se endeudó ni quien declaró el default, se hizo cargo de la responsabilidad de resolver el problema con las manos libres.

Y así fue que casi en soledad, salvo el apoyo brindado por la banca nacional, algunos sectores empresarios y el ciudadano de a pie, el Presidente de la Nación tomó la decisión política, respaldó la gestión del ministro de Economía y de su equipo de negociadores y consiguió un resultado que muy pocos esperaban, que marca un hito en la reestructuración de deudas soberanas.

No olvidamos algunos errores cometidos inicialmente en la comunicación de la propuesta a los acreedores, resaltando innecesariamente el porcentual de quita sin destacar adecuadamente sus aspectos positivos, desdeñando que la “venta del canje” resultaba casi tan importante como el contenido económico del mismo, así como algunas complicaciones finales en la designación de los bancos agentes. Pero definitivamente, ninguno de los detalles apuntados pueden empañar el resultado alcanzado por la Argentina, al obtener el ingreso en el canje voluntario de casi el 80 por ciento de sus acreedores.

* Socio de Llerena & Asociados Abogados, especialista en reestructuración de deudas.

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