Dom 08.05.2005
cash

ECONOMIA Y EL BANCO CENTRAL IMPULSAN UN ALZA DE LA TASA DE INTERES

El riesgo de jugar con fuego

Lavagna colocó deuda pagando una tasa altísima. Redrado ha ajustado al alza las de pases y Lebac con los bancos. El peligro es que así suban las tasas de créditos para personas y empresas.

› Por Claudio Zlotnik

¿Roberto Lavagna tomó la decisión correcta cuando buscó financiamiento a una tasa de interés que en el propio Palacio de Hacienda reconocieron como “indudablemente elevada”? El ministro optó por llevar adelante la operación, confiado en que ésta le servirá cuando, a partir de esta semana, los funcionarios de su equipo vuelvan a negociar con el Fondo Monetario. Dice que no es lo mismo sentarse frente a los técnicos del FMI con la urgencia de conseguir fondos que ir con los bolsillos llenos de dólares, los necesarios para cubrir los vencimientos de la deuda. Esa aparente carta favorable no quita que se corran serios riesgos de perjudicar el ciclo positivo de la economía.

El hecho que no puede obviarse es que una tasa real tan alta como la del otro día (6,51 puntos por encima de la inflación) queda como referencia para el sistema financiero. Los resultados son conocidos por la experiencia de los años ‘90: cuando los bancos tienen al Estado como socio bobo, que les garantiza una rentabilidad extraordinaria, se restringe la oferta de crédito para las empresas e individuos. O es tan caro que se torna inaccesible.

Esto no haría otra cosa que cortar la racha de los últimos tiempos. Durante el 2004 se notó una recomposición del mercado crediticio. Un proceso que se aceleró desde que empezó este año. De la mano de una baja de las tasas de interés, que hoy llegan a estar más baratas que durante la convertibilidad, los préstamos al sector privado registraron un fuerte crecimiento. En especial los ligados al consumo, de más corto plazo. Los créditos personales se duplicaron en los últimos doce meses: desde mayo del 2004, el stock pasó de 2744 a 5253 millones de pesos. Incluso los prendarios se elevaron, un 45 por ciento, y están en 1875 millones de pesos. Hasta el stock de hipotecarios dejó de caer y, por el contrario, muestran un leve crecimiento. Las líneas de corto plazo para las empresas también crecieron muy fuerte: los adelantos en cuenta corriente aumentaron 40 por ciento (el stock se encuentra en 5700 millones de pesos), mientras que los tomados a sola firma pegaron un salto del 52 por ciento (8594 millones).

La convalidación de una elevada tasa de interés beneficia a los bancos, siempre reacios a la hora de abaratar los créditos. En realidad, la onda alcista en el costo del dinero ya la había inaugurado el Banco Central. Martín Redrado viene aplicando sucesivas alzas en las colocaciones semanales de Letras (Lebac). También subió el rendimiento de los pases pasivos, que no hizo otra cosa que mejorar la renta de la liquidez que los bancos tienen inmovilizada.

Las próximas semanas también serán clave en materia del costo del dinero: el Banco Central deberá renovar Lebac por nada menos que 3700 millones de pesos. A menos que el BC decida cancelar una parte de esos pasivos en efectivo, corriéndose de la estrategia de achicar la circulación monetaria, lo más probable es que las tasas de interés sigan para arriba.

Ya sea Lavagna, y su estrategia de negociación con Washington, o Redrado, con medidas ortodoxas que limiten las expectativas inflacionarias, pareciera que ambos funcionarios decidieron jugar con fuego.

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