INVESTIGACION > AUMENTO DE LOS MáRGENES DE GANANCIAS DE LOS SUPERMERCADOS
› Por Roberto Navarro
El aumento de los márgenes de comercialización de los supermercados en el último año es una de las principales razones que vienen alimentando la inflación. En 2002, ante la pérdida de clientes, que con sus escasos recursos se proveían en pequeños comercios, los supermercados redujeron sus márgenes. Pero a partir de la recuperación de sus ventas y de un muy elevado nivel de confianza de los consumidores, los supermercados comenzaron a remarcar sus productos hasta llegar a ganar –según datos de industriales– más de un 30 por ciento en productos de altísimo consumo, como el aceite y la harina, y más de un ciento por ciento en vinos finos, por citar algunos casos. En los últimos doce meses, según datos de Indec, las cadenas facturaron 29.530 millones de pesos, concentrando el 36 por ciento de la venta minorista y el 49 por ciento del total del consumo de alimentos. Un relevamiento realizado por Cash revela que en quince productos de primera necesidad los autoservicios chinos, que se abastecen a precios más caros que los supermercados, los venden más baratos.
Uno de los productos de mayor consumo es la yerba en envase de medio kilo. La marca Taragüí es una de las que más se despachan. El autoservicio chino de Tinogasta y San Nicolás, en Villa del Parque, la vende a 2,29 pesos el paquete. Muy cerca, el hipermercado Carrefour de Varela 4700 lo cobra un 55 por ciento más caro: exactamente a 3,55 pesos. Tomando en cuenta que el autoservicio de barrio la compra más caro, porque al requerir menos volumen no consigue el mismo precio que la cadena, y que algo debe ganar sobre el valor de compra, se puede presumir que Carrefour está vendiendo uno de los productos de mayor consumo del país con un margen de utilidad bruto superior al 70 por ciento. Lo habitual, en la Argentina y en el mundo, es que este tipo de productos se utilice para atraer clientela y para competir con otros grandes jugadores del mercado, poniendo sobre el precio de compra márgenes que nunca llegan al 10 por ciento.
Salvo los lácteos, las gaseosas y unos pocos productos más, la mayoría de lo que vende un autoservicio debe proveérselo de un mayorista, es decir de un intermediario. Este, obviamente, debe ganar, por lo que el autoservicio ya parte de un costo de compra superior al supermercado, que tiene trato directo con el fabricante. Además debe ir a buscarlo al local mayorista, agregando así un costo de logística, y pagarlo al contado, sumando un costo financiero. A pesar de eso, Cash comprobó que el autoservicio chino arriba mencionado vende el aceite Natura a 5,49 pesos y Carrefour a 5,99; el café Arlistán, a 8,50 pesos y Carrefour a 11,57 (35% más caro). Lo mismo ocurre comparando el autoservicio chino de Salguero al 600 con Coto de Agüero al 600. El pequeño comercio vende el algodón Estrella a 2,99 pesos contra 3,30 de Coto; la hamburguesa Good Mark a 5,70 contra 6,50 de Coto; y el arroz Gallo a 4,30, 20 centavos más barato que los 4,50 de Coto (ver más precios en cuadro aparte).
“Los autoservicios chinos se manejan en un mercado totalmente informal, por lo que es imposible comparar sus costos con los nuestros”, se defendió Ricardo Zorzon, presidente de la Federación Argentina de Supermercados, ante la consulta de Cash. Sin embargo, se sabe que ninguna de las empresas que producen las primeras marcas mencionadas en esta nota vendería un solo paquete sin IVA, que es el impuesto que podría ser definitorio en la diferencia entre un precio y otro.
“Las acusaciones que recibimos son discriminatorias, todavía siguen con el tema de que tenemos empleados en negro, cuando en un muestreo del Ministerio de Trabajo sobre nuestro sector se encontró un promedio de informalidad laboral del 16 por ciento, contra el 40 por ciento de promedio país”, afirmó a este suplemento Miguel Angel Calvete, presidente de la Cámara de Autoservicios Chinos. De todas maneras, más allá de la comparación con los precios de esos autoservicios, Cash consultó con fabricantes de productos de consumo masivo, quienes, en estricta reserva, para no enemistarse con sus grandes clientes, aseguraron que los márgenes de venta actuales de las cadenas son “exorbitantes”. “Jamás había registrado que un supermercado gane un 30 por ciento en aceite y harina, como en la actualidad”, confesó a Cash el ejecutivo de una alimentaria de primerísimo nivel.
La razón por la que los supermercados están aumentando sus márgenes de comercialización a niveles muy altos es que están recibiendo una demanda que no deja de crecer y que en muchos casos no es respondida por los fabricantes. La caída de la desocupación, el aumento de los salarios y el millón de personas mayores que no tenían ingresos y ahora reciben una jubilación, cambiaron el mapa social. Según datos de la consultora ACNielsen, en 2002 sólo el 31 por ciento de la sociedad podía considerarse económicamente de clase media. En 2007, la clase media ya representa el 46 por ciento de la sociedad.
El otro dato determinante para la actual fiebre de consumo es el elevado nivel de confianza. Los argentinos son los que tienen más confianza en su futuro de toda Latinoamérica. Según ACNielsen, el 72 por ciento cree que en los próximos tiempos mejorará su situación laboral; en el resto de la región sólo el 52 por ciento lo piensa. A la vez, el 80 por ciento de los argentinos piensa que mejorará su situación económica. Semejante grado de confianza pone a la población a consumir y relaja el rígido control de precios que realizaban las amas de casa entre los distintos canales de venta en épocas de vacas flacas.
En ese contexto, los supermercados pueden aprovechar para remarcar cada vez más los precios. Pero hay una condición imprescindible que se da en el mercado local sin la cual no podrían aprovechar esa fiesta: la concentración del sector, que limita la competencia. Entre cuatro cadenas manejan el 90 por ciento del sector. En los primeros seis meses del año, la inflación –manipulada– del Indec fue del 3,9 por ciento; algunas consultoras privadas estiran esa cifra hasta el 7-9 por ciento; el aumento de precios en los supermercados fue del 12 por ciento. El actual proceso inflacionario responde a diversas razones de orden local e internacional. El factor supermercados es uno de ellas.
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