REPORTAJE > EMPLEO PRECARIO Y LA SITUACION LABORAL DE LOS JOVENES
La relación subjetiva con el trabajo es un ámbito de estudio que presenta aspectos sorprendentes. La forma más grave de sufrimiento es el sentimiento de no tener futuro en el trabajo.
› Por Natalia Aruguete
Hay consenso en que la crisis mundial está impactando en el eslabón más débil del engranaje productivo: el trabajo. A esta preocupación primaria por mantener los puestos de trabajo se suma el interés por evaluar cuestiones también esenciales en ese tema: la relación que los sujetos tienen con su trabajo, el sentimiento de bienestar o el sufrimiento mental que experimentan producto –en parte– de la percepción de “precariedad durable”, la situación laboral de los jóvenes y sus efectos sobre sus trayectorias profesionales. Cash dialogó sobre esos aspectos de la relación subjetiva con el trabajo con el francés Michel Gollac, investigador del Instituto de Estadísticas de Francia, en su visita por Buenos Aires invitado por la Embajada de Francia y el Ceil-Piette del Conicet.
–Un punto importante a destacar es que esa relación subjetiva con el trabajo tiene mucho que ver con la posición social de las personas que son entrevistadas. Lo paradójico es que cuando se habla de la importancia que tiene el trabajo para ser feliz, quienes expresan una menor satisfacción y felicidad en el trabajo son justamente las personas que tienen una situación menos favorable en la sociedad. Pero, al mismo tiempo, en la nueva organización y gestión económica de las empresas hay riesgo de sufrimiento en todas las categorías sociales.
–La mayor parte de los psicólogos dice que el sufrimiento está presente en todo tipo de trabajo, pero que hay distintas formas de sufrimiento. Algunos trabajadores pueden hacer frente a ese sufrimiento en el trabajo. Sin embargo, la forma más grave de ese sufrimiento, a la cual no se puede hacer frente, es sobre todo el sentimiento de no tener futuro en el trabajo.
–En el caso de Francia y otros países de la Unión Europea acerca de los cuales hay información muy precisa, este sentimiento de malestar en el trabajo y la percepción de que no se va a poder permanecer en un puesto en el futuro está ligado al hecho de que las nuevas formas de organización del trabajo crean mucha mayor presión en el trabajo e implican un trabajo más intenso.
–Para que una persona se sienta bien, los objetivos que deba alcanzar deberían estar de acuerdo con lo que dicha persona quiere hacer en su trabajo. Y para hacer bien el trabajo, dos personas tendrían que poder hacerlo de manera diferente. Si ello no es posible, no está bien. A veces está prohibido hacer el trabajo de una manera diferente. En estos días, el problema se pone en que el trabajo tiene que hacerse de manera muy rápida y sin una buena preparación. Y en algunos casos, hay una sola manera de hacer una tarea rápida y sin mucha preparación. Y si alguien quisiera hacer dicho trabajo de una manera distinta, ello constituye un malestar en su trabajo.
–Recién estamos en el comienzo de esta evolución, es decir que hasta hace muy poco tiempo se consideraba que un empleo normal era un empleo estable, seguro. Y los jóvenes tenían la idea de que tenían un empleo precario pero que pronto tendrían uno seguro y estable. Eso, de alguna manera, los ayudaba a mantenerse en esa situación. Actualmente, tener un empleo precario constituye una característica durable y tiene mucho que ver con las características profesionales de las personas. Eso complica mucho la situación porque deben dedicar mucho tiempo a pensar cuál será el próximo trabajo y, por lo tanto, eso no lo estimula a involucrarse en el trabajo.
–Eso se ve muy claramente. Incluso, si uno tiene en cuenta que existen diferencias en cuanto a las calificaciones profesionales.
–Pienso que se debe a dos cosas. La primera es la ausencia de una perspectiva durable para el empleo de los jóvenes y porque hay una especie de conflicto en cuanto a la distribución y carga de trabajo entre las diversas generaciones de trabajadores. Hay cosas que los jóvenes hacen mejor y otras que las hacen mejor personas con más edad y experiencia.
–Es una explicación exacta pero, al mismo tiempo, parcial. Porque hemos visto que la organización económica mundial y el dominio financiero no es la mejor forma y que todos están de acuerdo en que hay que cambiarla. La forma en que están organizadas muchas empresas no es la mejor posible, existen otras. Muchos talleres, oficinas o comercios ponen de manifiesto que esa no es la mejor forma de organización posible. Entonces existe posibilidad de hacer mejoras en todos esos niveles. Hay que cambiar las formas que adoptó la globalización y provocar cambios en las otras formas de organización que están más cerca de nosotros.
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