Dom 04.01.2009
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FINANZAS > FUERTE PUJA DEL BANCO CENTRAL CON EL MERCADO EN LA PLAZA DEL DOLAR

Tres rounds cambiarios

El lockout, la crisis internacional y el fin de las AFJP fueron los tres momentos de mayor tensión en la cotización del dólar. En esos tres desafíos, el Banco Central terminó dominando el mercado.

› Por Cristian Carrillo

El balance financiero del año pasado se presenta en forma controvertida. ¿Hubo riesgo de un grave estallido o hubo una exageración de los peligros?

Dos corridas hacia el dólar, la pérdida de más de 4000 millones en reservas, la pulseada por la nacionalización de las administradoras de los fondos de pensión y el lockout agropecuario fueron los rasgos característicos de un 2008 amenazado además por la peor crisis bursátil desde el crac del ’29. Como suele acontecer cada vez que existe incertidumbre en el mercado, los economistas del establishment desempolvan el mismo y sesgado consejo: comprar dólares para ganar con su suba. Esta vez la prédica tuvo poco respaldo y los ahorristas no salieron en forma alocada detrás de la divisa. Pero el contexto externo condujo una apreciación de 31 centavos de peso. El 2009 comienza menos turbulento y con el dólar con una débil demanda.

Los defensores de la fuga de capitales insisten en que fue un buen negocio y que lo será este año. Sin embargo, quien compró el billete verde a principios de 2008 y lo vendió el 30 de diciembre pasado obtuvo una rentabilidad de 9 por ciento, en pesos, contra una tasa de interés del sistema bancario de 16 por ciento, y apenas empardaron la inflación oficial.

La plaza cambiaria tuvo durante el año pasado tres sobresaltos. El primero se desató con el conflicto entre el Gobierno y los dirigentes ruralistas. A los cortes de rutas se sumaron cadenas de mail y de mensajes de texto anunciado una megadevaluación. La jugada contra la moneda local elevó el valor del dólar seis centavos, hasta los 3,22 pesos. La respuesta fue una agresiva intervención del Banco Central vendiendo divisas de “contado” y apostando a futuro a la baja. El resultado: el dólar llegó a 3,04 pesos –12 centavos por debajo del arranque del año– y el Central obtuvo un beneficio por su jugada de entre 150 y 200 millones de pesos. El BC ganó el primer round.

La divisa se mantuvo luego en esos valores hasta septiembre. Entonces recrudeció la crisis de las hipotecas de alto riesgo y la quiebra del cuarto banco de inversión más grande de Estados Unidos (Lehman Brothers), lo que fogoneó una nueva corrida. En la región, Brasil fue el más afectado. El dólar pasó de 1,60 hasta tocar los 2,50 reales y la fuga de capitales debió ser atendida con reservas de la banca central brasileña.

La ampliación de la brecha entre el peso y el real impulsó a la entidad comandada por Martín Redrado a convalidar un reacomodamiento alcista, pero la pesada historia de devaluaciones en el país aceleró la movida. Otra vez aparecieron los gurúes presagiando un dólar entre 4 y 5 pesos. Fue allí que la mesa de cambios del BC pusiera en la pantalla del mercado electrónico 1000 millones de dólares para desarticular la demanda especulativa. Otro triunfo del BC en el segundo round.

Con la estatización del sistema provisional y la desaparición de las AFJP de la escena bursátil, los inversores institucionales ensayaron una nueva movida “desestabilizadora”. A través de la operatoria de contado con liquidación, las sociedades de bolsa ofrecían sacar dinero del país con una simple compraventa de títulos y acciones. Por este sistema se escaparon del país más de 2000 millones de dólares, una cantidad similar al aumento de los depósitos en bancos uruguayos de parte de no residentes en moneda extranjera. Junto con la Comisión Nacional de Valores, el Central impuso varias trabas a esa operatoria. Esos obstáculos le dieron respiro al mercado. También contribuyó la recuperación de los precios de los commodities agropecuarios. Tercer round ganado.

Esta situación le permitió al Central recomponer reservas –su stock cerró en 46.374 millones de dólares, un 5 por ciento por encima de 2007– y conducir a la divisa nuevamente cerca de los 3,50 pesos. De esta manera, el peso se devaluó en 2008 contra el dólar un 9,7 por ciento, mientras que su principal socio comercial, Brasil, sufrió una variación de más de 60 por ciento durante el año y finalizó diciembre con un retroceso del real de más de 30 por ciento.

En comparación, los números locales no se ven tan “peligrosos”, pero eso no parece importar a los “especialistas” a la hora de predicar; perdón... de predecir.

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