Muchos analistas comenzaron a dar por hecho la eliminación de las retenciones al trigo y al maíz y una reducción para la soja. La propuesta de las corporaciones es bajar a la mitad las de girasol y en 10 puntos las sojeras. La preocupación de los economistas profesionales es el desfinanciamiento del Tesoro al que podría dar lugar la medida. En el último informe de Estudio Bein se traduce a pesos la significación de las variaciones en las alícuotas, punto en el que unos pocos números valen más que diez mil palabras.

En base a lo ya exportado en el primer semestre y a las ventas proyectadas para el segundo, se espera que cereales y oleaginosas sumen en el año ventas al exterior de alrededor de 15.150 millones de dólares, de los que 13.240, el 87 por ciento, serán por soja. Con un dólar proyectado a 4,12 para diciembre y sin tocar las alícuotas actuales se recaudarían 17.300 millones de pesos, el 6 por ciento de la recaudación total, pero el 104 por ciento del superávit primario. Del total recaudado por estas retenciones, el 92 por ciento son por la soja, y de este monto, el 30 se coparticipa a las provincias que firmaron el acuerdo de distribución de esos recursos.

Por el lado del gasto, el conjunto de subsidios que recibirá el agro tras la sumatoria de concesiones realizadas significó para el Estado una erogación adicional de 1695 millones de pesos en el primer semestre. Aquí el informe no anualiza el monto y toma sólo el incremento, que fue del 72 por ciento.

La hipótesis del trabajo es que los números, los ingresos y gastos en el sector ya “están jugados” para 2009, y que cualquier cambio en las alícuotas alteraría sólo marginalmente el resultado final. La pelea es por 2010, año para el que las variables climáticas permiten predecir la “normalización” de la producción tras la sequía y el consiguiente aumento de las exportaciones. La “buena noticia” es el acompañamiento cambiario, con una proyección de un dólar a 4,97 para diciembre de 2010, una devaluación entre puntas del 21 por ciento.

En base a las proyecciones de producción del Departamento de Agricultura estadounidense (USDA), puede preverse un aumento del 62 por ciento en las exportaciones sectoriales para 2010, lo que sumarían 24.600 millones de dólares si a las cantidades se las multiplica por el esquema de precios promedio de los mercados de futuros para el próximo año. Suponiendo el más improbable de los escenarios, es decir que el nuevo Congreso deje como están las alícuotas actuales, el año próximo se recaudarían por retenciones 7865 millones de dólares, que con la proyección de un dólar que terminaría en 4,97 significarían 36.150 millones de pesos (con la cotización promedio del año).

En el más probable escenario de eliminación y baja de retenciones, los números cambiarían significativamente, aunque de manera diferencial según los cultivos. El informe calcula que la eliminación del gravamen en los cereales tendría un costo fiscal de 1500 millones de pesos para el presupuesto 2010. En el caso de la eliminación para el girasol el costo sería de 900 millones. Previsiblemente, el grueso de la discusión pasa por la soja, donde la eliminación de “cada punto” de retenciones tendría un costo de 1030 millones de pesos. Resumiendo: el costo fiscal de la propuesta del campo, que incluye la eliminación de las retenciones al trigo, el maíz y el girasol y una baja de 10 puntos a la soja, ascendería a 12.700 millones de pesos. La propuesta del Gobierno, que sólo prevé eliminar las retenciones en trigo y maíz y reducir las del girasol costaría, sin contar la sumatoria de subsidios, 1960 millones adicionales

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