Por Fernando Krakowiak

El Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas y un grupo de pequeños comerciantes nucleados en la flamante Intercámaras comenzaron a gestar una alianza estratégica para valorizar su trabajo y poder escaparle a la crisis. La primera iniciativa apuesta a vincular 15 cooperativas obreras del rubro alimentación ubicadas en Santa Fe, Córdoba y Mendoza con una red de pequeños almacenes, desplegada en Capital y Gran Buenos Aires. El beneficio es mutuo, pues los almaceneros podrán conseguir mejores precios mayoristas al mismo tiempo que les facilitan a las cooperativas del interior el acceso a un mercado metropolitano de 12 millones de personas.
La fábrica de tapas de empanadas Mil Hojas de Rosario, el frigorífico Cootrasi de Santa Isabel, la avícola Cooptravi de San Lorenzo, la productora mendocina de frutas secas La Estrella y la empresa La Lácteo de Santa Fe son algunas de las cooperativas obreras que apuestan a multiplicar su producción generando una cadena de valor en sociedad con los pequeños comerciantes de Buenos Aires. La intención es comercializar una marca propia que sirva para identificar en los almacenes los productos provenientes de las fábricas recuperadas. Eduardo Slutzky, integrante de Intercámaras, señaló a Cash que “buscamos generar un proyecto asociativo que a los comerciantes nos sirva para competir con los hipermercados y a las cooperativas obreras con las grandes industrias”.
Slutzky tiene como experiencia previa haber participado en la conformación de la cadena Open Sports, surgida en la década del 90 a partir de la iniciativa de un grupo de pequeños comerciantes que decidieron unirse para competir en mejores condiciones en el rubro textil. “En aquel entonces nos agrupamos para fortalecernos y ahora apuntamos a hacer lo mismo junto a los obreros que defienden su trabajo”, afirmó.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires decidió apoyar la iniciativa cediéndoles a las fábricas recuperadas un Centro de Abastecimiento Municipal que servirá como punto de distribución de las mercaderías. Sin embargo, a las cooperativas todavía les falta el capital de trabajo necesario para despejar. En las últimas semanas los trabajadores mantuvieron conversaciones con los bancos Credicoop, Provincia y Ciudad para gestionar la obtención de un crédito que les permita reactivar la producción.
La situación no es sencilla porque las cooperativas obreras surgieron a partir de la entrada en convocatoria o la quiebra de las fábricas que ahora ocupan. Por lo tanto, en muchos casos está pendiente una resolución judicial para determinar el destino final de las instalaciones y las maquinarias. José Abelli, integrante del Movimiento de Empresas Recuperadas, resaltó que “si los bancos obtuvieron 15 mil millones de pesos en redescuentos sólo para mantenerse abiertos no es descabellado otorgarles un crédito a cooperativas que apuestan a producir”.