Domingo, 30 de mayo de 2010 | Hoy
DIFERENTES EXPLICACIONES SOBRE EL ORIGEN DE LA CRISIS INTERNACIONAL
Por Diego Rubinzal
La mayor conmoción económica mundial desatada desde el crac de 1929 ya produjo la caída de los principales bancos de inversión, la nacionalización parcial del sistema financiero norteamericano, una inédita inyección de fondos de las bancas centrales de Estados Unidos y de Europa y la quiebra de compañías emblemáticas. Aunque algunos analistas adelantaban el final de la crisis, la debacle europea revela la economía mundial que sigue internada en zona de turbulencias. El pesimismo sobre las economías de las naciones apodadas despectivamente PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España) es un llamado de atención de que la convulsión no está definitivamente superada. Además, los economistas siguen sin ponerse de acuerdo en identificar las causas de esta crisis.
La idea de que el problema estalló a causa de una burbuja inmobiliaria alentada por una relajada política monetaria y/o por la falta de regulación de los mercados financieros conforma la dupla explicativa que cosecha mayores adhesiones en el campo académico. En ese sentido, Pierre Salama identifica tres puntos que facilitaron el desarrollo de las burbujas especulativas y sus rupturas: “la adopción de reglas contables que valorizan el activo a partir de la marcha de los precios de mercado; la posibilidad para los bancos de vender de manera muy lucrativa los riesgos asumidos por el diseño y la emisión de productos financieros titularizados cada vez más sofisticados y la eliminación así de sus balances; y finalmente, para retomar una expresión de Bourguinat y Bryis, de evaluar estos riesgos”.
Otros economistas aportan una mirada diferente para tratar de entender las causas del estallido de una de las tantas crisis periódicas que acompañan al capitalismo. El investigador del Institute for Social Research de la Universidad de Michigan José A. Tapia Granados –en su trabajo “Causas de las crisis: burbujas, machismo y otras explicaciones económicas de nuestra penuria”– rescata el desarrollo teórico aportado por el estadounidense Wesley Clair Mitchell. “Mitchell afirmaba que los ciclos comerciales, las recurrencias expansión-recesión son un fenómeno específico de la moderna economía de mercado, en la que la producción se lleva a cabo mediante una serie de empresas, cada una de las cuales actúa y se organiza para obtener ganancias monetarias. Para Mitchell es precisamente esa ganancia monetaria empresarial la variable determinante del estado de expansión o contracción del sistema económico... Cuando las ganancias están en expansión, la inversión tanto en salarios como en materias primas e instalación crece, aumenta la demanda de trabajo y los salarios tienden a crecer. La expansión se retroalimenta, dando también lugar a especulación financiera, hasta que por una serie de procesos imbricados el crecimiento de las ganancias empresariales comienza a aflojar. Eso hace que se invierta menos, que haya quiebras de algunas empresas y a veces de bancos y que, de pronto, las ganancias empresariales en conjunto comiencen a disminuir, las quiebras y las bancarrotas menudeen, el desempleo aumente y se desate la crisis”, explica Granados.
Como sostiene el investigador de la Universidad de Michigan, la hipótesis de Mitchell tiene puntos de conexión con las ideas marxistas, ya que Carlos Marx sostenía que la tendencia a la caída de la rentabilidad empresaria es inherente al funcionamiento del sistema económico capitalista
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