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Domingo, 17 de abril de 2011

EL RECORRIDO ECONóMICO DE LOS úLTIMOS AñOS DE ARGENTINA Y BRASIL

Crecimiento de la mano

Los dos socios más fuertes del Mercosur acumulan un ciclo vigoroso de crecimiento, con políticas que reconocen similitudes y diferencias.

 Por Diego Rubinzal

La Argentina y Brasil registraron un vigoroso crecimiento económico durante el año pasado. Mientras que el PIB argentino se incrementó un 9,1 por ciento, la economía del socio mayor del Mercosur creció un 7,5 por ciento. Esos datos confirman que la crisis internacional fue sorteada exitosamente por los principales miembros del bloque regional. Esa recuperación contrasta con los débiles indicadores económicos de los países centrales. ¿Cuáles son las causas de esa inédita fortaleza relativa? La respuesta a ese interrogante se encuentra en las políticas aplicadas durante los últimos años.

Existen diferencias en los enfoques macroeconómicos adoptados: la más significativa está dada por el régimen cambiario. Mientras que la Argentina sostiene un tipo de cambio real competitivo, Brasil lo utiliza como herramienta antiinflacionaria. Pero también existen elementos comunes. En su trabajo Desacople en Argentina y Brasil: crisis internacional y reacciones de política económica, el investigador Emmanuel Agis da cuenta de esas coincidencias. Comienza por reseñar aquellas herramientas de políticas económicas, preexistentes al shock externo, que jugaron un importante papel para contrarrestar el impacto recesivo de la crisis internacional. En el caso argentino, el investigador rescata cinco instrumentos: el salario mínimo, vital y móvil, el plan de movilidad automática de los haberes provisionales, el programa de reconversión productiva (Repro), la política de desendeudamiento del sector público y el proceso de acumulación de las reservas internacionales.

El aumento del salario mínimo y de los haberes jubilatorios resultaron dos de las herramientas más importantes de la política de ingresos oficial. El Repro contribuyó a preservar las fuentes de trabajo y los niveles de producción de las 2769 empresas. Por su parte, los procesos de desendeudamiento y de acumulación de reservas internacionales disiparon las dudas sobre el sostenimiento del esquema cambiario y macroeconómico.

En el caso brasileño, Agis puntualiza las siguientes medidas: la expansión de los mecanismos de protección social, el incremento del salario mínimo, el crecimiento de la inversión pública, las reducciones impositivas de la Nueva Política Industrial y la reestructuración de la carrera y salarios del personal estatal. La red de cobertura social se expandió mediante la implementación de diversos beneficios de la seguridad social, seguros de desempleo y el programa federal de ingreso mínimo denominado “Bolsa de Familia”. El incremento del salario mínimo estableció, al igual que en la Argentina, un piso en el nivel de ingresos de los asalariados. A partir de 2007, el gobierno brasileño avanzó en un ambicioso plan de inversiones públicas denominado Programa de Aceleración del Crecimiento.

Las autoridades monetarias argentinas intervinieron en el mercado cambiario para evitar fluctuaciones bruscas en el tipo de cambio, se crearon líneas de provisión de liquidez para los bancos locales, se flexibilizaron los requerimientos de efectivo mínimo y se redujeron los coeficientes de encaje para los depósitos en moneda extranjera. También se incrementaron los niveles de inversión pública preexistentes, para sostener la economía y mantener el nivel de empleo. En tanto, las brasileñas habilitaron líneas de financiamiento a corto plazo, redujeron los requerimientos de efectivo mínimo e intervinieron activamente en el mercado cambiario para frenar la devaluación de la moneda doméstica.

En síntesis, la aplicación de diferentes regímenes cambiarios adoptados no invalida la existencia de puntos de convergencia entre las políticas económicas argentina y brasileña como, por ejemplo, una política de ingresos como uno de los pilares del esquema económico y la apelación a herramientas fiscales contracíclicas en los momentos de reversión del ciclo económico. Agis concluye que “la recuperación de herramientas históricas, como ser el salario mínimo, ha permitido que los frutos de la expansión económica se reflejaran en una distribución del ingreso más progresiva, a la vez que fueron claves en el actual evento de crisis para fijar un piso de demanda agregada que contribuyó a sostener el nivel de actividad interno frente a la reducción de la demanda externa”

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