DISTINTAS POLíTICAS DE LA ARGENTINA Y BRASIL
Si el objetivo es reducir el cociente deuda/PBI, la estrategia argentina ofrece mejores resultados que la brasileña. A la vez, el crecimiento del PBI entre 2003 y 2009 fue en promedio del 3 por ciento, muy por debajo de la evolución de la Argentina.
› Por Juan Latrichano * y Gustavo Eidlin **
Resulta interesante realizar una comparación de la evolución de la deuda pública entre la Argentina y Brasil. Para hacer frente a los vencimientos de la deuda pública, la Argentina estuvo haciendo uso de varias opciones:
a. Obtener importantes superávit fiscales primarios.
b. Tomar prestados fondos de organismos públicos.
c. Lograr un crecimiento de la economía superior al aumento de la deuda pública.
El primer mecanismo procede prioritariamente de incrementar la recaudación fiscal a partir de políticas económicas expansivas, mejorando la probabilidad de pagar sin sobresaltos. Las dos últimas necesariamente vienen acompañadas de una expansión de la oferta monetaria, impactando posteriormente en el nivel de precios. En los últimos años, la deuda pública con relación al PBI se ha reducido de manera significativa, pasando de 127 por ciento en 2004 a 45,8 por ciento en 2010 debido a los siguientes factores:
a. Las quitas practicadas en los canjes efectuados en 2005 y 2010.
b. Los pagos de capital.
c. El fuerte crecimiento del PBI que en valores corrientes aventajó sensiblemente a la variación de la deuda pública.
Sin embargo, la Argentina no sólo ha disminuido la deuda sino que además ha modificado la proporción entre acreedores privados y públicos, tomando prestado fondos de organismos públicos, como el Banco Central y la Anses, y haciendo crecer por ende la deuda intra-Estado, pasando de 21,8 por ciento en 2008 a 46,8 por ciento en 2010, aumentando los grados de libertad para hacer frente a los futuros vencimientos. Este cambio de acreedores tuvo una fuerte incidencia en la creación de dinero, aun superior que la entrada de divisas. Durante 2006, 2008 y 2010, la expansión monetaria mediante títulos públicos y adelantos al Tesoro nacional fue más importante que por entrada de reservas, alcanzando una pendiente bastante similar a las curvas de M2 y del crecimiento del PBI a precios corrientes, y evidenciando que dicha expansión acompañó fuertemente el crecimiento de la demanda agregada.
A partir de 2003, Brasil ha llevado a cabo una política estabilizadora que consistía en dos partes. Por un lado adoptó una política basada en altas tasas de interés, con el fin de reducir la inflación; y por otro intenta bajar el nivel de vulnerabilidad externa, realizando un cambio cualitativo en los acreedores de la deuda, sesgando la composición de los pasivos públicos hacia la deuda interna. Ambos objetivos fueron cumplidos. La inflación brasileña en ese período rondó un promedio del 6,3 por ciento y la deuda pública pasó de estar un 22 por ciento atada al tipo de cambio en 2002 a un 5 por ciento en 2010. Sin embargo, no todo es color de rosa en el país del pentacampeón. Las altas tasas generaron varios efectos indeseados:
1. Desincentivo de la inversión privada.
2. Las políticas fiscales y cambiarias quedaron “atadas” a una política monetaria contractiva.
3. Hubo una impresionante entrada de capitales de inversores financieros internacionales, generando un boom de financiamiento externo y obligando a la moneda a apreciarse.
4. Esta apreciación del real les restó competitividad a las exportaciones, principalmente a las industriales.
5. Aunque hubo un importante cambio cualitativo en los acreedores de la deuda, no estuvo acompañado por un cambio cuantitativo, por lo que la deuda sobre PBI pasó de 54 por ciento en 2004 a 56 por ciento en 2008.
6. El crecimiento del PBI entre 2003 y 2009 fue en promedio del 3 por ciento, muy por debajo del crecimiento de la Argentina.
Si comparamos las políticas aplicadas por Brasil y la Argentina, vemos lo siguiente:
1. El tipo de cambio nominal de Brasil era al cierre de 2003 de 1 dólar = 3,07 reales y pasó a ser de 1,76 dólar = 3,07 reales al cierre de 2010, observando una baja sensible. En la Argentina, en cambio, en 2003 el tipo de cambio era 1 dólar = 2,93 pesos, pasando a 1 dólar = 3,91 pesos en 2010. Este resultado en la Argentina fue fruto de una política monetaria expansiva que apuntó a sostener el valor del tipo de cambio e incluso a elevarlo.
2. El impacto de estas políticas en la economía real se puede observar a través de la relación del PBI por habitante en dólares a PPA (Paridad de Poder Adquisitivo). En 2003, el cociente entre la Argentina y Brasil daba 1,14 mientras que en 2010 dicho cociente fue de 1,38, mostrando una mejora relativa de nuestro país.
3. El cociente deuda/PBI en la Argentina disminuyó, mientras que en Brasil se incrementó.
En base a las experiencias de la Argentina y Brasil, un modelo de fuerte crecimiento con inflación luce más apropiado que un modelo con metas de inflación y crecimiento moderado si el principal objetivo es el de reducir el cociente deuda/PBI, ya que actúa de manera más contundente en lo que atañe al estado de endeudamiento, al tiempo que logra tasas de crecimiento de la economía sensiblemente mayores, con su repercusión directa en niveles más altos de recaudación. Su contracara es la inflación junto a sus efectos no deseados sobre una parte de la población. No obstante, Brasil tuvo que, de todas formas, elevar la tasa de interés para evitar que los precios se disparen, poniendo en riesgo el crecimiento para los próximos años
* Presidente Grupo Periferia. Asesor económico CGE Metropolitana. Director de la Facultad de Ciencias Económicas UNLZ.
** Economista Grupo Periferia.
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