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Domingo, 11 de septiembre de 2011

FORTALEZAS Y DEBILIDADES DEL VIGOROSO CRECIMIENTO DE INDIA

Claroscuros

 Por Diego Rubinzal

El crecimiento económico registrado en India durante los últimos años benefició indirectamente a la Argentina. El aumento de la demanda de alimentos de India, y también de China, impulsó al alza las cotizaciones de los commodities. En su momento, las trabas paraarancelarias impuestas por las autoridades chinas al aceite de soja argentino catapultaron al mercado indio como el principal destino de exportación de ese producto.

La India y Argentina no comparten solamente un presente signado por el creciente intercambio comercial, sino que también coinciden en tener un pasado reciente en común: ambas naciones implementaron un menú de reformas neoliberales durante la década del noventa.

En el caso del país asiático, el gobierno de Manmohan Singh se encargó de desarticular un esquema caracterizado por una muy activa presencia estatal en el campo económico. La fortaleza estatal era acompañada con fuertes restricciones al ingreso de capitales extranjeros y limitaciones a la actuación del sector privado. Las coincidencias no acaban allí ya que, en los últimos años, ambos países registran altos niveles de crecimiento económico. Las diferencias estriban en que mientras que la política económica argentina es denostada por la ortodoxia económica, la India es presentada como un ejemplo.

Los logros del gigante asiático son bastante difundidos: un crecimiento anual que ronda el 7 por ciento promedio, un sostenido desarrollo de sectores de alto valor agregado (biotecnología, software, investigación espacial, energía atómica, oceanografía) y un aumento de la llamada “clase media” india. De acuerdo con el Nacional Council of Applied Economic Research, los sectores medios crecieron de 24 a 87 millones de personas entre 1995 y 2005.

La prosperidad que se advierte en algunas zonas de Nueva Delhi o Mumbai (capital financiera) no se extiende al resto del país. La mayoría de los habitantes indios no disfruta de los publicitados beneficios del “milagro económico”. Eso se verifica en el lento avance del empleo formal y en indicadores sociales como la baja esperanza de vida (60 años), la alta tasa de mortalidad infantil (71 por mil) y de analfabetismo (39 por ciento de la población adulta).

Alejandro Nadal afirma en El crecimiento depredador en India, publicado en el boletín electrónico Sin Permiso, “hoy, 42 por ciento de la población total de ese país vive con menos de un dólar diario, y un 75 por ciento de la población vive con dos dólares diarios”. Aunque las estadísticas oficiales afirman que la pobreza se está reduciendo, prestigiosos investigadores objetan la metodología de cálculo oficial avalada por el Banco Mundial.

En ese sentido, un artículo publicado en el periódico The Nation, “El botín de la democracia india”, sostiene que “no es difícil entender la necesidad de mostrar que las cosas son mejores de lo que realmente son. La súbita explosión de riqueza entre las clases más adineradas de la India, considerada con aprobación por Occidente, ha creado nuevas preocupaciones. La división entre ricos y pobres en la India no es una creación de la última década, pero la total separación entre ganadores y perdedores sí lo es y crea las condiciones en las cuales se convierte tan fácil como necesario el señalar todas las cosas bonitas que brillan bajo el sol tropical”.

Otro aspecto a tener en cuenta acerca de las características del crecimiento económico indio es su alto nivel de dependencia con respecto a la afluencia de capitales externos. Esto se debe a la necesidad de compensar el crónico déficit en cuenta corriente. Esa es la razón por la cual la política monetaria india mantiene altas tasas de interés como herramienta de atracción de dichos capitales. Un porcentaje de las inversiones extranjeras, que arribaron a ese país, fueron canalizadas hacia la actividad minera: extracción de hierro, bauxita, cobre, cromo, oro, plomo, manganeso, zinc y carbón. Nadal explica que “la apertura a la inversión extranjera pasa por la entrega de concesiones en las industrias extractivas, forestal y turística. Esto desemboca en el despojo de tierras en las que se encuentran los yacimientos o cubiertas con densos bosques que representan una riqueza comercial de fácil acceso. La entrega de sus tierras a megacorporaciones en las industrias extractivas y turísticas es uno de los rasgos más violentos del milagro neoliberal en India”

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