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Argentina está experimentando un proceso de sustitución de importaciones que, con sus bemoles, es en general un proceso favorable para la industria nacional y la generación de empleo. Queda ahora por trabajar en otro proceso de sustitución, que enfoca una visión idéntica del proceso mencionado: la sustitución de exportaciones. ¿En qué consiste? Simple: dejar progresivamente de exportar commodities para exportar productos con un agregado de valor alto. Esto quiere decir generar industria junto a su recurso natural. En el caso del cuero, la sustitución de importaciones es compleja en el largo plazo, ya que éstas se sustituyen con productos fabricados con otros materiales, poco competitivos, por lo cual es clave profundizar un proceso complementario de sustitución de exportaciones. Este proceso se inició, aunque se encuentra estancado.

Nuestra industria debería ser floreciente en un país situado entre los principales productores de cuero del mundo, sin embargo no ha logrado el pleno desarrollo industrial. El 85 por ciento de los cueros se exporta sin un proceso de agregado de valor que genere empleo.

Para que esta situación cambie hay que asegurar la provisión local de nuestra principal materia prima en calidad, cantidad y precio. Ese 15 por ciento del total de los cueros producidos en el país que los industriales utilizamos es el remanente de exportación de la más baja calidad, pero cotiza a precios internacionales y sin continuidad en cantidades y entregas. El mismo esquema podemos utilizar en cualquier sector de la economía: minería, granos, alimentos. No sólo exportar más, sino exportar mejor. La fabricación y exportación de productos con alto valor agregado multiplican la generación de empleo y el ingreso de divisas al país. Hoy hay un gobierno que cuenta con la visión, la ideología, el pragmatismo y la capacidad para potenciar esos procesos. Al mismo tiempo, los empresarios estamos dispuestos a acompañar estos cambios productivos con inversión.

Los espacios de trabajo común público-privados para esta tarea son los institutos y observatorios, útiles para monitorear el porcentaje de commodities necesario para la capacidad instalada, que promuevan la internacionalización de las pymes y sus marcas, que reúna a los eslabones de la cadena de valor y los fortalezca y que colabore en el incremento de la investigación y la innovación tecnológica, para que el proceso de agregado de valor sea permanente y sustentable.

En el 2003 existían en el sector de las manufacturas del cuero 8000 puestos de trabajo. Hoy somos 12.000, lo que muestra un incremento del 50 por ciento. ¿Se imaginan lo que podríamos hacer sustituyendo aún más exportaciones?

* Presidente de la Cámara Industrial de las Manufacturas del Cuero y Afines.