Domingo, 22 de julio de 2012 | Hoy
OPINIóN
Por Alejandro Rofman *
El análisis de las salidas de las crisis contemporáneas del capitalismo ofrece miradas diferentes. ¿Cómo se juzga adentro y afuera del país la política económica instalada en Argentina luego de 2003 en términos de su capacidad para crecer y distribuir con equidad?
Más allá de nuestras fronteras nacionales, todos aquellos que, desde estudios económico-sociales o desde la política, sostienen ideas heterodoxas, no complacientes con las que predominaron en nuestro país desde 1976 hasta 2001, reconocen los avances significativos de un proyecto de crecimiento económico con inclusión social. Una de esas referencias la ofrece el eminente académico inglés John Weeks, quien expresó en una conferencia dictada en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, el pasado 23 de marzo, su total acuerdo con la estrategia argentina en el terreno económico y social, ensalzando la salida adoptada como ejemplo de lo que debería hacerse hoy en Europa en reemplazo del salvaje ajuste que se les ha impuesto a numerosos países del continente, encabezados por Grecia. En el diario BAE del 10 de abril, Weeks indicó que “sería antidemocrático que el Banco Central no respondiera al gobierno”, reafirmando una fuerte crítica a los que se opusieron dentro de la Argentina al cambio de su Carta Orgánica (diputados “centroizquierdistas” que votaron en contra del proyecto oficial).
También se escuchó la opinión de Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, cuando destacó que Grecia debería imitar a Argentina para salir de su penoso laberinto, recuperando su moneda a un valor más bajo que el actual, reestructurando su deuda e impulsando una política económica expansiva del consumo y no contractiva.
Robert Boyer, padre de la teoría de la regulación económica, elogió el proyecto argentino en páginas de un reciente libro. Paul Krugman, otro destacado economista y también Premio Nobel, afirmó, en una nota en su blog del 3 de mayo, que los países del bloque del euro deberían seguir el ejemplo de Argentina. Y concluyó: “La recuperación argentina es una historia extraordinariamente exitosa que ofrece lecciones para la Zona Euro”.
El economista norteamericano Mark Weisbrot, codirector del Centro de Investigación en Economía y Política, con sede en Washington, escribió en el diario británico The Guardian, que “...la realidad es que la expansión económica ha sido liderada por el consumo y la inversión doméstica... Eso es lo que sacó a la Argentina de su depresión de 1998 a 2002 y la convirtió en la economía de crecimiento más rápido en las Américas”.
El editor de economía de ese mismo diario, Larry Eliot, escribió el 14 de mayo que “Argentina ofrece el ejemplo de un país que desafió a los agoreros y vivió una buena vida después de la devaluación y el default...; las predicciones anunciaban un armagedón económico, pero entre 2003 y 2007 el crecimiento anual fue del 9 por ciento”.
José Antonio Ocampo, ex secretario ejecutivo de la Cepal, manifestó en la edición del 10 de abril de Página/12 que “el comportamiento de la Argentina ha sido sobresaliente en materia de crecimiento económico y sus cuentas fiscales y externas”. Para agregar que “el plan macroeconómico argentino es exitoso y el escenario que se pintó que iba a terminar en un colapso del crecimiento y una hiperinflación no se dio”.
Finalmente, Alexis Tzipras, el líder del Syriza, la alianza de izquierda que estuvo a punto de ganar las elecciones en Grecia, citó como una gran experiencia la de la Argentina, al señalar que fue “un ejemplo para todo el mundo de cómo se puede superar una crisis y una tragedia humana gracias al pueblo que está en la vanguardia”.
Entonces, estructuralistas, marxistas y regulacionistas coinciden en alabar la estrategia adoptada por la Argentina luego del 2002-2003.
Desde la política se han producido manifestaciones públicas similares de los principales líderes latinoamericanos. Tanto Lula, como Chávez, Correa y Evo Morales han expresado palabras de elogio a la política de los Kirchner, en particular la política económica y las de integración latinoamericana.
En el tema de los derechos humanos, además, el juez Baltasar Garzón, en recientes declaraciones a la prensa, ha puntualizado su admiración por Néstor Kirchner, quien dijo que avanzó como nunca nadie en la historia política moderna y contemporánea mundial para impulsar juicios a los genocidas.
¿Cómo se ha evaluado, en el interior de la Argentina, el desempeño de nuestra sociedad, especialmente en el plano económico-social, desde el año 2003? Dentro de nuestras fronteras, existen dirigentes políticos e intelectuales de supuestas ideas de izquierda o centroizquierda que desconocen la política de estos años de gobierno kirchnerista. Sólo dan cuenta de los errores o de lo que falta implementar, sin citar los avances enmarcados en un proyecto coherente estructurado en base a la promoción de la producción, la inversión pública y la creación de trabajo asociado a la citada expansión. Desde supuestas posiciones “progresistas” se reniega del Gobierno y de sus políticas. Los que ven algún árbol pero no reconocen el bosque siguen especulando con alianzas que ya han demostrado su incapacidad para abordar y defender un programa de fortalecimiento de la producción nacional con equidad social, en especial, en tiempos de intensa tormenta internacional y feroz puja distributiva interna.
Mientras tanto, desde el exterior, quienes conservan su ideario sin dobleces ni renuncios juzgan correctamente una estrategia que ha avanzado mucho en el plano de la independencia económica y la justicia social reconociendo, simultáneamente, que hay que profundizar la gestión y enfrentar asignaturas pendientes
* Economista, profesor universitario.
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