Dom 19.07.2015
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DISTRIBUCIóN DEL INGRESO Y RESISTENCIA DE LAS ELITES EN BOLIVIA

“Vamos a contramano”

El presidente del Banco Central de Bolivia explicó la orientación de la política económica del gobierno de Evo Morales y detalló la oposición de sectores conservadores. Crítica a los economistas del establishment.

› Por Federico Kucher

“La lucha de clases está más viva que nunca. Existen sectores que se quedan con la riqueza de las mayorías.”, afirmó el presidente del Banco Central de Bolivia, Marcelo Zabalaga Estrada. Lo dijo en un encuentro para fomentar el debate de economía ante alumnos de la Maestría en Desarrollo Económico de la Universidad de San Martín. Zabalaga indicó que existen fuertes tensiones distributivas a nivel mundial, las cuales se potenciaron a partir de la crisis financiera internacional, al tiempo que aseguró que los países tienen el desafío de avanzar en políticas no convencionales para mejorar la calidad de vida de la población. Destacó los logros de la economía boliviana en los últimos años en materia de recomposición de ingresos de los sectores más vulnerables de la sociedad, en tanto que subrayó el rol clave de la intervención estatal en el mercado para incentivar el incremento del bienestar social. La ex presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, y el director de la Cepal en Buenos Aires, Martín Abeles, se destacaron entre los participantes del evento. “Durante el estallido de la crisis financiera internacional fuimos a algunas reuniones de la Reserva Federal de Estados Unidos. Les preguntamos porqué no pudieron adelantarse al estallido de la burbuja de créditos subprime. La respuesta fue que nos parecía que algo andaba mal, pero no podíamos intervenir en el libre funcionamiento del mercado”, dijo el presidente del Banco Central boliviano. Agregó que “la enajenación de los economistas es enorme. La escuela de Chicago hizo un trabajo notable en la mentalidad de los profesionales, investigadores y docentes”.

Zabalaga precisó que en los años posteriores a la crisis de 1930 ocurrió un proceso progresivo en la distribución de los ingresos (años del keynesianismo) que duró hasta 1980, al tiempo que apuntó que un gran contraste con la crisis actual es que no se observa un nuevo ciclo de redistribución. “La riqueza se continúa concentrando cada vez en menos manos. La paradoja es que, luego de la caída de Lehman Brothers, uno de los sectores que más recibió los beneficios del enorme rescate económico de los países avanzados fueron los bancos”, aseguró. El funcionario boliviano explicó que para tomar dimensión del plan de salvataje a las entidades financieras alcanza con señalar, por caso, que el valor de mercado del Citigroup era de 255 mil millones de dólares en 2007, cifra que bajó a 19 mil millones unos pocos meses después.

“Las burbujas especulativas, la volatilidad de los flujos de capitales, las tensiones de precios de las materias primas, entre otras, son algunas de las principales dificultades económicas en la actualidad. El desafío de los países emergentes es responder a estos problemas con políticas opuestas a los paradigmas macroeconómicos convencionales”, indicó. Mencionó que la necesidad de encarar las distorsiones globales con medidas no convencionales apunta a no afectar el bienestar de la población. Agregó que “en nuestro país, por caso, cuidamos la economía boliviana haciendo lo opuesta a los que nos propone el Fondo Monetario Internacional, que sigue viniendo al país para hacer el artículo IV (revisión de las estadísticas). Nos piden que subamos las tasas de interés. Pero nosotros estamos convencidos de mantenerlas en niveles bajos para que la gente se preste e invierta más. Antes pasaban a reunirse en el Banco Central. Pero ya no. Lo que hacen ahora es criticarnos a través de la prensa. Un ejemplo es que nos increpan porque le prestamos dinero a las empresas públicas”.

El presidente del Banco Central boliviano destacó las políticas activas del Estado para potenciar el crecimiento y la distribución de la riqueza en ese país a partir del 2006. “Una medida notable fue que se prohibió la exportación de azúcar hasta asegurar el autoabastecimiento local. Fue una pérdida para la burguesía agro-industrial que reniega contra el Gobierno. Pero era necesario para el mercado interno”, mencionó. Indicó que la política de precios también avanzó en el pan, que no ha aumentado su valor durante los últimos nueve años, debido a los subsidios estatales en trigo y harina. “Vamos a contramano. El presidente Evo Morales priorizó defender los precios para defender a las familias”, sentenció.

Las iniciativas del sector público para incrementar los ingresos de los individuos fueron otro de los elementos que subrayó Zabalaga. “Una medida principal fue imponer el doble aguinaldo. Los salarios están subiendo año a año 15 por ciento, cuando los precios avanzan a menos del 5 por ciento. Entre 2005 y 2015, las remuneraciones mínimas pasaron de 55 a 241 dólares, un período en que la pobreza bajó del 59 al 39 por ciento y el Gini retrocedió de 0,6 a 0,48”, detalló. Mencionó además que se implementaron bonos sociales para los sectores más vulnerables de la población, entre los que sobresalen los niños y adultos mayores. “En Bolivia decidimos avanzar en un proceso de revolución democrática. El Estado le quita a los que más tienen para distribuir. Los que antes eran los eternamente excluidos ahora son los que empiezan a tener una perspectiva de futuro”, concluyó.

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