“No habrá aumentos a estatales ni jubilados”
Por Fernando Krakowiak
A pocas horas de que el ministro de Economía Roberto Lavagna presentara el Presupuesto 2004 en el Congreso, Carlos Mosse recibió a Cash para explicar los detalles del proyecto, al que definió como “parte de una política que tiene como eje irrenunciable la producción, aunque con las limitaciones que impone el contexto”. El secretario de Hacienda reivindicó el aumento del gasto social y confirmó que las jubilaciones, los salarios estatales y el monto de los planes Jefas y Jefes de Hogar seguirán congelados durante el próximo año. También defendió el superávit primario de 3 por ciento, porque “no pone en riesgo el crecimiento de la economía” y aclaró que la inflación del 10,5 por ciento no da por hecho un aumento de tarifas, porque primero “deberá concluir la renegociación de los contratos”.
El presupuesto contempla aumentos en las partidas de obras públicas, desarrollo social y ciencia y técnica. Pero el gasto primario en términos reales será en el 2004 un 40 por ciento inferior al 2001.
–Con posterioridad a la crisis hubo una caída en la incidencia del gasto público en términos del PIB. Nuestra intención es detener esa caída. Por eso el presupuesto que se pone a consideración del Congreso mantiene un nivel de gasto similar al actual con relación al producto, incidencia que buscaremos conservar durante los años siguientes. Lo que señalo no implica que no sigamos trabajando en el cambio de la composición del gasto tratando de atender los programas prioritarios. Este presupuesto es parte de una política que tiene como eje irrenunciable la producción, aunque con las limitaciones que impone el contexto.
¿Los 1600 millones de pesos extras destinados al Ministerio de Trabajo contemplan un aumento de las jubilaciones más allá de la suba del haber mínimo a 220 pesos?
–No, el proyecto de presupuesto no contempla ningún incremento en las jubilaciones. Lo que hay es un aporte importante a los sistemas previsionales provinciales, ya que desde hace varios años se inició un proceso de absorción de las cajas previsionales.
¿Los estatales tampoco deben esperar un aumento?
–No, en el Presupuesto queda claro que no habrá ningún aumento para los estatales durante el año próximo.
¿Si la recaudación crece más de lo previsto está entre las prioridades del Gobierno aumentar jubilaciones y salarios estatales?
–La confección del Presupuesto demuestra prudencia al momento de seleccionar las variables que lo determinan. Ahora bien, en caso de que se incremente la recaudación analizaremos seriamente cuál sería el destino de la mayor recaudación.
¿Van a subir el monto del Plan Jefes?
–En este caso tampoco habrá modificaciones. Lo que se espera hacia el futuro es que el crecimiento de la economía y la generación de empleo lleven a una disminución de las personas atendidas por ese plan.
¿Si disminuyera el número de beneficiarios se les aumentaría el monto a los que siguieran recibiéndolo?
–No es algo que hayamos pensado.
El monto que reciben actualmente ni siquiera les permite a las familias salir de la indigencia.
–Lo que pasa es que el problema social se atiende desde distintos frentes. Además del Plan Jefes, tenemos el Plan Mayores, financiamos comedores escolares y otros programas dirigidos a grupos vulnerables. Los planes son complementarios y en conjunto, tienen como objetivo mejorar el nivel de vida de los más necesitados. Este Presupuesto le ha dado una fuerte incidencia al gasto social.
¿Aumentar el superávit primario a 3 por ciento no es demasiado si se toman en cuenta las asignaturas sociales pendientes?
–El aumento del superávit no implica un salto al vacío. No estamos partiendo de una situación de déficit o de superávit cero para llegar a 2,4 por ciento a nivel nacional y 0,6 por ciento de las provincias. La suba está en línea con el superávit de 2003. No hay un cambio brusco. Por lo tanto, creemos que así como es posible cumplir el 2,5 por ciento que se pactó para este año entre provincias y Nación, también podremos cumplir con los 3 puntos acordados para el año próximo.
Puede que no sea un cambio brusco con relación al presente, pero si se miran en perspectivas los últimos tres años, el ajuste fiscal es enorme.
–Si se mira una serie histórica le debo dar la razón, pero el superávit acordado está en línea con la historia reciente. Nosotros nos hemos impuesto como política propia del Gobierno, más allá de los acuerdos internacionales, la obtención de un superávit primario que garantice fundamentalmente el crecimiento de la economía. En la negociación con el FMI no estuvimos dispuestos a admitir niveles superiores de superávit por entender que se menoscababa la posibilidad de tener un crecimiento económico sostenido. Reconocemos la complejidad de los problemas, porque el país está fuertemente endeudado y tiene serios problemas de carácter social con más del 50 por ciento de la población bajo la línea de pobreza y con muchos indigentes. Pero resulta imposible que se puedan solucionar estos dos frentes si no hay un crecimiento sostenido durante muchos años.
¿El 3 por ciento de superávit primario fue un objetivo del Gobierno o fue lo mejor que se pudo obtener en la negociación con el Fondo?
–Fue un resultado de las negociaciones, pero fue el tope que siempre tuvimos en esas charlas porque creemos que un 3 por ciento no entorpece las posibilidades de crecimiento.
¿No será que el FMI se dedicó a exigir un superávit mayor para que terminemos celebrando uno del 3 por ciento?
–Si se miran otras negociaciones como la de Brasil y Turquía, puede verse que la pretensión del Fondo no es asustar sino la de acordar niveles de superávit sensiblemente superiores al que acordamos nosotros, pero si hubiéramos cedido, las consecuencias sociales para el país serían muy graves.
En el Presupuesto figuran 6.660 millones de pesos de pagos de intereses para el año próximo. Esa cifra es menor al superávit, ¿se va a cancelar capital de la deuda también?
–El superávit primario va a otros destinos además del pago de intereses, pero no para amortizar capital. Parte de esos recursos se van a utilizar para el pago de sentencias judiciales por juicios perdidos por el Estado y para prestarles dinero a las provincias en el marco del Programa de Financiamiento Ordenado.
¿La inflación del 10,5 por ciento proyectada para el año próximo significa que el aumento de tarifas es un hecho para el 2004?
–De ninguna manera, con el tema tarifas quiero ser muy claro. El Gobierno ha venido sosteniendo que se van a renegociar todos los contratos. Por lo tanto, las tarifas entrarán a jugar en la medida en que se vayan terminando los trabajos sobre cada uno de los contratos. Seguramente en la renegociación se van a tener que contemplar situaciones distintas. Habrá contratos que necesiten un reajuste, pero también habrá casos en que no será necesario aumentar. Además, en los casos en que sea necesario el aumento variará según el sector.
¿Si la inflación no contempla un aumento de tarifas no es excesiva la proyección estimada?
–Nosotros creemos que la situación del país va a cambiar. En esta primera etapa la economía se pudo recuperar en base a la utilización de una capacidad productiva ociosa. Esta situación tiene un techo en el mediano y largo plazo. Por lo tanto, creemos que puede haber alguna incidencia en materia de aumento de precios cuando se colme la capacidadociosa. Aunque convengamos que una inflación de 10,5 no es excesivamente alta.
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