“Cambiamos soberanía poco usada”
Hoy que se habla tanto de soberanía, o más exactamente de cómo proveerse en ella, viene a la mente que, según contaban, durante la Guerra Fría al entrar en Varsovia se leía un gran cartel: “Cambiamos soberanía poco usada por mejor ubicación”. ¿No correspondería montar un anuncio parecido en la Ricchieri para quienes vienen de Ezeiza? Ahora bien, ¿qué ubicación le vendría mejor a la Argentina? No olvidar aquello de ¡pobre México, tan lejos de Dios, tan cerca de Estados Unidos! Y tampoco eso de “In God we trust; los demás pagan cash”, o lo de “God Bless America, porque ningún otro lo hará”. Un indio, que no es Anoop Singh sino Ramesh Thakur, actual vicerrector de la Universidad de Naciones Unidas en Tokyo, recopiló cantidad de estas humoradas en su larga carrera de profesor de Relaciones Internacionales.
Thakur rememoraba hace poco que de niño aprendió que si el sol nunca se ponía en el Imperio Británico era porque ni Dios confiaría en un inglés de noche. Pero que ahora es el Imperio Americano donde nunca se pone el sol y por las mismas razones. Volviendo a los polacos, uno de ellos, muy piadoso, rogaba insistentemente a Dios que China invadiera Polonia. Perplejo por tan extraño y poco patriótico deseo, Dios le preguntó cuál era la razón. “Es que, Señor, para invadir Polonia los chinos deberían antes arrasar la Unión Soviética”, explicó el devoto.
A Robert Muldoon, ex premier de Nueva Zelanda, alguien le reprochó una vez haber causado tal ruina en la economía que miles de neocelandeses habían emigrado a la vecina Australia. “Bueno –respondió–, de esa manera sólo están elevando el coeficiente intelectual en ambos países”. ¿Habrá algún adicto a los deleznables chistes de gallegos que ose aplicar éste al éxodo de argentinos hacia España?
Un colombiano y un kurdo le preguntaron a Dios cuándo podrían vivir en paz, y el Supremo les respondió: “No durante vuestras vidas”. Los dos se fueron llorando. Entonces llegó un israelí y le preguntó lo mismo. “No durante mi vida”, le contestó Dios entre sollozos.